Sin que se me dé lo de la política, me propuse ver el debate entre los contrincantes que buscan ser presidentes municipales de Torreón. Solo se vio un rostro nuevo haciendo sus pininos en este quehacer humano; otro ya visto en diferentes intentos, cada vez en partido diferente, que hoy participó por uno de los partidos rémora de Morena; uno más, allegado a un expresidente municipal y senador, bien intencionado pero evidenciando la flaca caballada del PAN; otro chapulín mayor, que se vio muy desdentado, solo echándole porras al presidente y su candidata, porque le pesa primero haber dejado solo a un joven priista que le ganó ser candidato a presidente municipal por Torreón, ayudando a su derrota en un acto de despecho y por haber “aparentemente” traicionado a su viejo partido que le dio todo lo que tiene y lo que es y digo aparentemente porque además carga con la idea que su paso a Morena fue parte de una jugada que junto con otro expresidente interino de Torreón, tenía el propósito de cumplir una estrategia del reciente exgobernador de tener gente en Morena que le ayudaran a soportar los ataques si AMLO quisiera buscarle causas por los dineros de su administración o bien le abrieran las puertas por si acaso tuviera que hacer también mutis en cualquier momento, si entrara en conflicto con el orquestador priista a quien debió su estancia en la más alta posición coahuilense.
El candidato para reelegirse llegó a pesar de que en la interna de su partido tuvo que superar a otro aspirino reconocido como hábil operador financiero de esos que se necesitan para hacer cosas raras, enviado por su jefe apoyado financieramente, que debió preocupar al reelegible si consideramos que tuvo su indisciplina cuando se elegía al candidato a gobernador y tuvieron que apretar la horma, aunque al final negociando dejó cursar el río.
Sin embargo, en Saltillo se rumora que el vencido tiene alianza con el Morenista y quién sabe con quién más de los lastimados por no llegar a donde se decía. Esto debió obligar al reelegible a no ofrecer más de lo mismo sin atender a las críticas y sin evaluar realmente el desempeño, para hacer una oferta verdaderamente agresiva e innovadora, recordando que priistas quedaron enojados al preferir a panistas en su administración que hoy tienen su propio candidato y se la pueden cobrar, unos y otros.