Las últimas semanas han estado plagadas de noticias preocupantes, generadoras de gran incertidumbre y particularmente de confrontación, polarización y sobre todo arrogancia.
Un muy querido amigo me envió un video, en donde se presenta una serie de factores respecto de un elemento que está presente siempre en nuestras vidas: la estupidez humana.
El video inicia haciendo una reflexión sobre cómo todos los imperios a lo largo de la historia de la humanidad terminan colapsando y cuál ha sido el común denominador de ello? precisamente la estupidez humana.
En su libro, Allegro ma non troppo, el historiador económico Carlo Maria Cipolla, enlista cinco leyes que definen la estupidez humana:1. Siempre subestimamos la cantidad de personas estúpidas.
2. La estupidez es independiente de factores como educación o estatus social.
3. Una persona estúpida causa daño a otros sin obtener beneficio propio.
4. Los estúpidos son más peligrosos que los malvados porque actúan sin racionalidad.
5. La sociedad siempre subestima el poder destructivo de los estúpidos y su capacidad para influir en el mundo.
Estas leyes aplican absolutamente a toda la especie humana y su entorno, no solo son los gobiernos, o las empresas, o personas ricas o pobres, o muy inteligentes o iletrados.
Está en nuestro ADN y no se puede eliminar, lo único que podemos hacer, es luchar permanentemente para transitar en medio de ella y avanzar hacia una humanidad más avanzada que pueda ir haciendo de lado esa condición.
El poder es un gran detonador de la estupidez, las personas que acumulan poder, (político, económico, ideológico, etc) tienden a olvidar la esencia misma de que el poder debe usarse para servir a los demás.
Si volteamos a ver la historia de la humanidad, encontramos guerras sin sentido, exterminio de seres de nuestra misma especie (y otras) en aras de control absoluto y conquistas.
Se antoja irónico que evolucionemos de un pasado primitivo de descubrir el fuego y la rueda, al pensamiento exponencial, la conquista de espacio, la Inteligencia Artificial, la cura de enfermedades, etc.
Y aún así, todos los días amanecemos con noticias desastrosas, amenazas de guerras, atentados terroristas, hambrunas, pobreza, impactos ambientales irreversibles, y en lugar de unirnos y enfocarnos en luchar contra esos flagelos, fomentamos mayor división, disputas territoriales, ideológicas, arrogancia, en resumen, la estupidez humana sobre toda la lógica y raciocinio.
