Cultura

El síndrome de Peter Pan

  • Columna de Laura Telles
  • El síndrome de Peter Pan
  • Laura Telles

Cada vez son más los adultos que se comportan como adolescentes. Quizá sea una crisis de llegar al cuarto piso o que al hacer un balance por lo vivido se sienta que han quedado pendientes muchos desvelos y fiestas.

Y Es que para “algunos” que se encuentran cerca de esa edad les gusta pensar que los cuarenta son los nuevos treinta, incluso hay quienes se van una década atrás y dicen que llegar a los 40 es como tener 20.

Y es que los Adultescentes se encuentran en todas partes. En el trabajo, por la calle, en el cine o en autobús.

Y quizás hasta dentro de casa. Se trata de esos adultos tan poco adultos en actitudes y comportamientos que parecen adolescentes. Esos padres que, por su estilo de vida y sus intereses, se parecen demasiado a esos hijos –frágiles y al mismo tiempo omnipotentes- que han dejado de ser niños pero que todavía no son adultos y luchan por una identidad que aún no han definido completamente.

Esos Jóvenes adultos que, dejando de lado las dificultades económicas, no quieren oír hablar de separarse de mamá y papá. En definitiva se trata de hombres y mujeres para quienes la adolescencia tiene a prolongarse en una zona intermedia sin claros límites, definida justamente como “Adultescencia” o El síndrome de Peter Pan.

Y es que la adolescencia a los cuarenta se complica cuando los adultos jóvenes de espíritu son padres y tratan de vivir el estilo de vida de sus hijos.

La Cámara Nacional de la Mujer, realizó una encuesta a personas de 15 a 65 años, en donde se les pregunto sobre esta nueva tendencia, y en esta todos aceptaron al menos conocer a una persona, que se comportaba y actuaba como adolescente, cayendo hasta en lo ridículo en la mayor de las ocasiones, ya que desde su forma de vestir, actuar y comportarse ya no estaban acorde con su edad. ¿Y es que si estás muy cerca de cumplir los 40 y aún no asumes responsabilidades, eres incapaz de comprometerte y te comportas como un adolescente? ¿Tienes rabietas infantiles o te enfadas de sobremanera si no consigues lo que quieres? Puedes ser un adultescente.

Científicos británicos aseguran que el cerebro humano continúa desarrollándose después de la infancia y la pubertad, y que no alcanza su madurez completa hasta los 30 o 40 años.

Por más cambios personales por los que pasemos los mayores, es preciso que mantengamos al margen a los chicos en cierto grado.

Por supuesto que es bueno que nos acompañen en las nuevas etapas de la vida que nos toda transitar, pero depende de nosotros intentar no agobiarlos y mantener el rol y las responsabilidades de cada uno: Recuerden que el padre es padre y el hijo, hijo.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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