Entre hoy y el 4 de febrero vienen los días de definiciones en todas las fuerzas políticas locales, que siguen sin dar color sobre quiénes serán quienes conformen su plantilla definitiva de candidatos a las alcaldías metropolitanas.
Si bien las cuatro principales fuerzas políticas ya tienen a sus abanderados para buscar la gubernatura, sus campañas dependerán en gran parte del cómo los arropen con los candidatos a las principales alcaldías.
Aunque las dos últimas gubernaturas se ganaron de manera inédita, sin que importara mucho el resultado electoral de Monterrey, lo reñido de la contienda que se avecina sí tiene muy preocupados a los cuatro aspirantes.
En 2009, Rodrigo Medina ganó la gubernatura, pese a que el PAN ganó Monterrey con Fernando Larrazabal, a diferencia de su antecesor, Natividad González Parás, quien triunfó en 2003, arropado por Ricardo Canavati Tafich, quien se hizo de la alcaldía.
Y en 2015, Jaime Rodríguez Calderón arrolló con más de un millón de votos, por lo que no requirió de ser arropado por ningún candidato metropolitano, aunque a la larga el costo ha sido y será altísimo, o por lo menos eso aparenta, porque el PAN apareció como la tabla de salvación que le cuidará su salida.
Pero en este 2021, la gran incógnita sigue siendo Luis Donaldo Colosio, quien por lo visto no está dispuesto a que su apellido subsidie la dura caída de popularidad del candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García.
Muy trillado que todos apuestan a que Colosio se irá con Morena para fortalecer, como abanderado para la capital del estado, la candidatura de Clara Luz Flores.
Ser candidato no es la única opción del joven político, que tiene sueños mucho más grandes que sepultar su apellido y su carisma en la conflictiva alcaldía de Monterrey.
Apellidos con esa fuerza sirven para apalancar aún más las campañas exitosas, como lo hizo Tatiana Clouthier en el 2018 con la del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
Las recompensas y los reacomodos vendrían después y mientras tanto, Luis Donaldo puede seguir siendo un diligente diputado local, reelecto sin ningún problema, sin hacer campaña, mientras deja que otros gasten sus fuegos en infiernitos. Veremos.