Durante la pandemia hemos visto un incremento de lesiones causadas por el trabajo de oficina y el ejercicio es una buena manera de contrarrestarlo.
En la oficina se suele trabajar en un espacio ergonómico: cómoda silla de escritorio, monitor a la altura de los ojos, teclado externo. En casa, la mayoría de las personas trabaja en una computadora portátil desde una silla ordinaria o, a veces, en un sofá con “cojines blandos”. Después de un mes de confinamiento las personas empiezan a sentir dolor en el cuello, la muñeca y los hombros.
Es difícil de cuantificar, pero este ha sido un problema realmente muy importante para muchos de mis pacientes, quienes se han visto obligados a trabajar desde casa.
Al principio solo sienten una leve molestia. Luego, gradualmente, el dolor se agudiza.
Las computadoras portátiles son la causa. Nos obligan a mirar hacia abajo para ver la pantalla o (si está elevada) levantar las manos para escribir. Ambas opciones son inadecuadas. La necesidad de ver hacia abajo por muchas horas ejerce presión sobre los discos y las articulaciones de la columna, además de causar un desequilibrio muscular en el cuello por fatiga.
Cuando el sofá o las sillas del comedor se convierten en sillas de escritorio, éstas generalmente no tienen la altura correcta, lo que nos impide sentarnos en una postura neutral o ergonómica.
Muchos de nosotros no solo hemos cambiado el lugar donde trabajamos; también hemos cambiado nuestra forma de trabajar. Ya no caminamos por el pasillo para una reunión, cruzamos la calle para tomar un café o incluso caminamos para ir a tomar el autobús para ir al trabajo.
Para contrarrestar las posturas prolongadas es necesario la práctica de ejercicio regularmente. Empezar a practicar ejercicio es fácil, puedes hacerlo en casa sin necesidad de ir a un gimnasio o club deportivo. Se requiere de un trabajo conjunto de acondicionamiento cardio respiratorio, muscular y flexibilidad. Cada una de las sesiones debe de iniciar con 10 a 15 minutos de calentamiento y seguir con la actividad principal para activar el sistema cardio respiratorio y finalmente una vuelta a la calma.
Es muy importante hacer calentamiento para disminuir el riego de lesiones. El calentamiento tiene como finalidad facilitar la transición del reposo al ejercicio y aumentar el flujo sanguíneo en los músculos y estirarlos. De esta forma protegemos al organismo de posibles lesiones musculo esqueléticas que podrían ocurrir cuando se inicia súbitamente el ejercicio.
El cuerpo necesita movimiento, el ejercicio es medicina. Di no al sedentarismo.