Sabemos que en concordancia al gabinete que ha escogido la presidenta electa Claudia Sheinbaum, será su forma de gobernar y la influencia que reciba. Esto es si será una mandataria que primero le importen los resultados, la experiencia y la preparación de las y los elegidos, y si dará lugar a la apertura e ideas propias de estos.
Mucho nos dirá el tiempo también, si los escogidos serán protagónicos y si tendrán a una jefa de Estado que además de coordinar una ejecución que coincida con su proyecto de gobierno y los principios de la Cuarta Transformación, sea una líder que aproveche sus capacidades y dones en bien del desarrollo del país.
Por eso conocer de quiénes se tratan, y su perfil, ha sido un importante precedente que bien hizo en darlo a conocer durante los tres jueves pasados de manera paulatina, con la facultad que le confiere la Constitución por su cargo para nombrar y remover libremente a los que serán parte de su gabinete legal (aún le faltan dos, los titulares de la Sedena y Marina), y que han sido un total de 20 integrantes que le ayudarán a gobernar a partir del 1 de octubre. Los nombrados cubren tres requisitos legales: ser mexicanos de nacimiento, estar en ejercicio de sus derechos, y haber cumplido 30 años.
Por eso y por su procedencia nos hemos dado cuenta de que seremos gobernados por chilangos, ya que mayoría nacieron en la Ciudad de México o han hecho su vida laboral ahí; que tendremos tanto hombres y mujeres en paridad. Que la edad promedio que cuentan es de 57 años, y que esto no ha sido preponderante para ser elegidos, ya que los hay de todas las edades. Ejemplo a mencionar es que la más joven tiene 35 años, como es Josefina Rodríguez Zamora, titular de Turismo, y en contraste el de mayor edad, con 81 años, es David Kershenobich, encargado de la Secretaría de Salud.
Como datos generales sabemos que algunos de ellos cuentan con edades que oscilan entre los treintas y los cuarentas, aunque más son de los cincuentas, sesentas y setentas, que tienen probada ejercicio en el servicio público, y que algunos incluso repiten en cargos de la administración actual federal o de la Ciudad de México, que sin embargo no son mayoría. Los demás cuentan con experiencia en el ejercicio privado o académico.
En cuanto su currículo, todos son profesionistas, que algunos tienen especialidades, maestrías y hasta doctorados. Son arquitectos, antropólogos, agrónomos, economistas, administradores, médicos, historiadores, abogados, relacionistas públicos, biólogos, sociólogos, académicos, que incluso han estudiado en la UNAM o en universidades prestigiosas de Estados Unidos y Francia.
Que por comentarios de políticos, especialistas y conocedores, se les reconoce que tienen capacidades por lo que fueron asignados, que contribuirán a la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, y que la propia Claudia Sheinbaum los calificó como hombres y mujeres comprometidos y de talento.
Mientras que para algunos, varios de ellos y ellas, pueden estar influenciados a la sombra de la actual administración y por eso no demostrar independencia en sus gestiones, así como otros no contar con la debida especialización en los cargos a desempeñar.
Después de estos nombramientos los que siguen serán los referentes al gabinete ampliado, para completar antes de que se le designe Presidenta y esperando que se le dé la calificación de la elección, algo que ocurrirá a más tardar el 5 de septiembre.
La presidenta electa y su gabinete tendrán una gran reto para mejorar las condiciones que se encuentra el país, en especial ella, porque además pasará a la historia como la primera mujer en el cargo, con la capacidad de demostrar que nosotras podemos gobernar mejor que los hombres.