Cultura

Supergrass: los efusivos soplones del britpop

Justo en la confluencia de propuestas para integrar el llamado britpop, un par de adolescentes de Oxford tocaban en The Jennifers: el cantante y guitarrista Gaz Coombes y el baterista Danny Goffey. Se les sumó el bajista Mickey Quinn, para formar una nueva banda que bebía del rock inglés de los sesentas y setentas, particularmente con influencia de los tótems The Kinks, Buzzcocks y The Jam. Primero llamados Theodore Supergrass, se deshicieron del primer nombre y se aventuraron a producir algunas grabaciones y presentaciones, en las que participaba el tecladista Rob Coombes, hermano del vocal.

Su primer largo, I Should Coco (1995), representó todo un golpe sonoro emitido desde el corazón de la gran isla, entre una creciente andanada de grupos y alternativas estilísticas: energético y trepidante, como se deja escuchar en la autorreferencial Caught by the Buzz, así como en la imparable Lenny y la exultante Mansize Rooster, publicados como sencillos; Alright, en contraste, jugaba con teclados y coros, volviéndose parte del soundtrack de la adolescencia propia y de los escuchas, en tanto que Sofa (On My Lethargy), desprendía un emotivo aroma bowiano, mientras que la cerradora Time to Go se ponía en apacible plan acústico.

De título zappiano, In It for the Money (1997), su segundo largo, no hizo sino confirmar la versatilidad de su predecesor para moverse por influencias múltiples, expresadas desde el homónimo corte abridor, expandiendo el panorama con cierta grandilocuencia; el énfasis en la psicodelia es más evidente, así como en la incorporación de nuevas ideas instrumentales -teclados, algún metal intrusivo-, si bien se mantienen cortes como Richard III y Tonight que retoman el estilo energizante y un poco alterado de su debut, mientras que Sun Hits the Sky se pinta de colores entre el tono a media luz de la beatlesca Late in the Day, conviviendo con Going Out, el primer sencillo en similar tesitura, para terminar con la espiralada Sometimes I Make You Sad.

Para cerrar el siglo y sin alcanzar la regularidad de sus dos primeros discos, volvieron con el homónimo Supergrass (1999) con portada en rayos X y la inicial Moving intercalando pasajes entre cambios de velocidad para de ahí virar a Pumping on Your Stereo, cual primera carta de presentación en lógica más cercana al pop; hay momentos de sofisticación como en Shotover Hill y de contundencia vía Your Love, además de What Went Wrong (In Your Head) con piano conducente y la calma familiar de Mama and Papa. Con Rob Coombes como tecladista, se presentaron en el nuevo Notivox con el más lúdico Life on Other Planets (2002), en donde se incluyeron cortes como la expansiva Za; Grace, con todo y su nutritivo piano y sus efectos circulares; la sutil Evening of the Day; la iluminadora Seen the Light haciendo mancuerna con Brecon Beacons y la paisajista Run, destacando entre otras que apostaron a un estilo seguro, sin explorar demasiado más allá de una evidente influencia glam.

Tras un recopilatorio, apareció Road to Rouen (2005) en clave más nostálgica y brumosa, cual recorrido con alguna parada en el café para escuchar algunos relatos sobre la resistencia y aguantar una patada en los dientes, mientras se intenta convivir con una chica triste, tal como se advierte en Kiss of Life, Low C y St. Petersburg, entre apuntes folk y dejos de jazz en penumbras Le siguió el accidentado Diamond Hoo Ha (2008), grabado entre una fractura de talón de Quinn y la entrada al quite de los otros dos miembros para hacer algunas presentaciones y algunas grabaciones en formato de dueto, bajo el apelativo de Diamond Hoo Ha Men. El álbum, que resultaría ser el último, al menos después de más de quince años, rezuma vitalidad expresada con claridad en la pieza ídem, palpitando mala sangre para sacar al rebelde que llevamos dentro, una vez más, entre el espíritu de Iggy Pop y el regreso a la inspiración: una despedida triunfal, aunque todavía no lo sabían.

Cuando se disponían a producir su siguiente álbum, eventualmente llamado Release the Drones, el grupo decidió separarse con un concierto de despedida en el 2010 sin que la obra viera la luz. A partir de ahí, se volvieron a reunir en el 2019 y, tras la publicación del recopilatorio The Strange Ones: 1994-2008 (2020) y el directo Live on Other Planets (2020), decidieron retomar las presentaciones en vivo para el 2025, si bien no hay anuncio de nuevas grabaciones como grupo, más allá de los trabajos por separado de sus integrantes. Con su sexteta de discos, estos efusivos soplones mantuvieron un notable nivel compositivo, dejaron su presencia y herencia en los anaqueles del rock de cambio de milenio, a pesar de su pronta disolución, y ya seguirán buscando vida en otros planetas musicales.

Fernando Cuevas


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