Un saludo amable relaja las conversaciones. Es en especial útil cuando la plática es una entrevista vía telefónica y en otro idioma. Karen Berg tiene una manera cálida y amable de saludar. Es de esas personas que te hace sentir que tienes su atención por completo. A pesar de ser reconocida como líder espiritual y gurú de muchas personalidades, como Madonna o Ashton Kutcher, Karen Berg se maneja con una sencillez extraordinaria.
Karen es fundadora y directora de El Centro de Kabbalah, el cual —bajo su tutela— ha crecido hasta tener más de 40 sedes. Es autora de numerosos best sellers, viajera incansable para promover sus ideas y, por si fuera poco, ha lanzado varias iniciativas, una de ellas llamada Niños Creando Paz, que trabaja con infantes en áreas destrozadas por la guerra, en especial con palestinos e israelíes. Originaria de Estados Unidos, Karen ha dedicado su vida a estudiar la cábala y compartir esos conocimientos. Así conoció al cabalista Rav Berg, con quien se casó y tuvo dos hijos. Juntos fundaron el Centro de Kabbalah hace más de cuatro décadas.
Karen tiene una mente clara y práctica, que va directo al grano y no se pierde en detalles. Hace unos días lanzó una iniciativa llamada Una Hora de Unidad Espiritual, en la que invitaba a personas de distintos credos a orar, meditar, hacer yoga o lo que desee durante una hora. Un buen ejemplo de lo que predica: poner nuestra atención en esa espiritualidad que nos une en vez de concentrarnos en la forma en la que la expresamos, que es lo que nos separa.
Karen esta en México, ya que hoy, 2 de abril, dará una conferencia a las 18:00 horas en el Pepsi Center de la Ciudad de México, titulada Espiritualidad global.
¿De qué se trata esta espiritualidad global? Karen explica: “Nuestras almas provienen de una fuente divina y debemos reconocer que esa divinidad es la misma en todos los seres humanos. Así tendríamos que respetar y honrar la dignidad de cada persona. No importan las diferencias, mientras que tengamos el deseo de unirnos en un lazo espiritual, más allá de la religión, admirando, respetando y honrando al otro por lo que es (...) En el jardín de la creación hay muchísimas flores. Es en la belleza de nuestras diferencias que fuimos creados. Los dedos de mi mano tienen cada uno un aspecto diferente, pero solo porque los tengo y uso como un todo es que puedo tomar algo. Ese es el punto, cualquiera que sea nuestra creencia debemos entender que todos tenemos una espiritualidad similar. No importa si rezamos sentados o parados, cada uno tiene una manera de vivir y esto no debe cambiar, pero debemos abrir la mente para entender que la luz que tenemos dentro es la misma aunque nuestros caminos pueden ser diferentes. Es en esta similitud que podemos unirnos”.
Karen considera que cada uno tiene el poder de cambiar el mundo y por ello, en estos tiempos tan complicados, es necesario crear un espacio para estar junto al otro en armonía. Al lograrlo como individuos, podremos lograrlo como naciones. Congruente con su filosofía, su conferencia y cursos no tienen limitantes. “Nuestra casa y nuestros centros están abiertos para todos, independientemente de quiénes sean o en qué crean. Queremos que todos conozcan este mensaje. Lo que hagan con ello no es mi problema, pero de menos así tienes la oportunidad de que venga la mayor cantidad personas a escuchar y que tome lo que tienen que tomar. El resto no importa”.
Poner nuestra atención en lo que nos une y respetar nuestras diferencias solo puede tener consecuencias positivas. Por eso yo estaré hoy en el Pepsi Center para escuchar a Karen y los invito a hacer lo mismo. Buen domingo a todos.
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