En medio de una creciente ola de inseguridad que afecta a nuestras comunidades, es desalentador observar cómo la clase política parece estar más enfocada en sus propias ambiciones políticas que en garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.
Mientras los crímenes violentos continúan azotando nuestras calles y los residentes viven con temor constante, hay personajes (usted ponga el nombre) que han demostrado una preocupante falta de acción, quizá distraídos por las elecciones venideras.
La reciente detención de Francisco Javier Z., acusado de asesinar a una mujer en plena calle, ha vuelto a poner de manifiesto la grave problemática de seguridad que aqueja a Monterrey.
Este brutal incidente no solo ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de los habitantes del Área Metropolitana, sino también la necesidad inmediata de implementar medidas contundentes para combatir la inseguridad que acecha nuestras calles.
El cruce de avenida Lincoln y Pelícano, en la colonia Valle Verde Segundo Sector, es un sombrío recordatorio de que la violencia y el peligro pueden manifestarse en cualquier rincón de nuestra ciudad.
El hecho de que la víctima, Laura, mujer de 45 años, fuera atacada por un indigente sin aparente motivo, plantea una serie de interrogantes preocupantes sobre el nivel de seguridad que estamos brindando a nuestros ciudadanos. ¿Cómo es posible que una persona sea asesinada de manera tan brutal en plena vía pública? ¿Qué medidas de prevención y vigilancia estaban en marcha en el momento del ataque?
Los habitantes de Monterrey esperan respuestas contundentes y medidas que den lugar a la tranquilidad que nos robó la delincuencia.
Laura salía de su trabajo, se encontró en el camino con su agresor y este encuentro le costó la vida. Historias como esta no solo dejan una familia destrozada, sino que también ha generado zozobra entre las mujeres del sector, como sucedió en León, Guanajuato, donde Milagros Montserrat fue ultimada cuando de su casa acudía a trabajar.
Un día sí y otro también la delincuencia nos arrebata la tranquilidad, casos como el de Laura no deben quedar en el olvido ni ser solo un titular pasajero en las noticias. Los regiomontanos demandan justicia, transparencia y una respuesta firme ante la violencia que ha cobrado la vida de esta mujer y que además amenaza la paz de Monterrey.