Cultura

En tiempo de Apan

Francisca fue una mujer jovial que, junto con su familia, se dedicaba al campo, específicamente a la industria del agave. Una tradición ancestral que aprendieron no por herencia, sino por necesidad. Provenientes de zonas marginales, al sur del país, encontraron trabajo y refugio en Tlaxcala durante la última gran guerra nacional, la Revolución Mexicana. A la edad de 11 años, Panchita, como le decía su padre, se acostumbró a la dureza de las tajaderas, barras de metal utilizadas para podar y despencar el maguey; así como al filo de los raspadores, cucharas afiladas para cortar las fibras internas del maguey y poder extraer el jugo. Una mañana un arriero llegó a la hacienda con noticias de la capital, diciendo:-Ya entraron los carrancistas-, lo que dejaba en ascuas el porvenir.

De los expendios pulqueros solo las imágenes quedan, aquellos que fueron testigos del auge de esta afamada bebida ahora también forman parte de los álbumes familiares. Todas y todos ellos fueron partícipes de una empresa que pudo ser, pero llegó en un mal momento o fue conducida por un bando contrario. En este espacio hemos abordado, en varias ocasiones, extractos de la historia del pulque. Pero, en esta ocasión, nos centraremos en uno de sus momentos de mayor crisis, la caída del Porfiriato y el inicio de los cambios sociopolíticos.

Durante el gobierno de Díaz los empresarios agrícolas obtuvieron un mayor poderío, pudiendo aplicar estrategias patronales de corte caciquil. Lo que permitió mayores ganancias, pero mal distribuidas. Una de ellas fue la producción y distribución del pulque, que concentró su mercado en la zona centro del territorio nacional, y donde el mercado alcanzó a todos los estratos, siendo mayoritariamente la población pobre su fiel consumidor. Esto devino en problemas de alcoholismo, violencia y muerte, razón por la cual, con la victoria de los grupos revolucionarios, el consumo de pulque fue visto como un mal a erradicar.

Como lo relata Mario Ramírez Rancaño en su obra El rey del pulque, con la entrada de Obregón a la ciudad de México, en 1914, se determinaron normas para poner orden en la capital y pueblos aledaños. Para ello aplicaron la prohibición del pulque, esta medida se mantuvo por dos meses y buscó evitar problemas con las tropas obregonistas. Con la instauración del gobierno carrancista la medida volvió, de diciembre de 1915 a mayo de 1916, junto con la prohibición en el consumo de alcohol, las corridas de toros y los juegos de azar. Si bien, desde la primera prohibición del pulque, personajes de la industria como Miguel Macedo Enciso, buscó convencer al gobierno de los beneficios de la industria magueyera, pero esto fue de poca utilidad. A partir de ese momento, políticas como el reparto agrario, complicaron el resurgimiento en la producción masiva de esta bebida, lo que implicó una eventual caída, dando paso libre a la industria cervecera. 


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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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