Ser joven representa enfrentar un sinfín de obstáculos en la búsqueda de empleo: se ven cara a cara con la falta de acceso a la educación superior, los trabajos informales, la violación a sus derechos laborales y ahora, encima de todo, a una pandemia que intensificó las tasas de desempleo.
En Coahuila 1 de cada 4 personas son jóvenes de 19 a 29 años, de las y los cuales más de 164 mil no tienen acceso a la educación superior y por lo tanto no pueden aspirar a un salario digno, cifra realmente preocupante.
Sin embargo, lograr cursar y egresar de una carrera no les exime de la incertidumbre que el mundo laboral aguarda.
Nadie previó esta “nueva normalidad” y poco se ha dicho de quienes atraviesan no solo un cambio de etapa; sino que ahora se sumergen en un camino inhóspito.
Se les privó de celebraciones que hicieran honor a la culminación de sus estudios y en cambio les recibieron con una bienvenida fría y bañada de realidad.
Las y los jóvenes hoy se enfrentan a un tejido social que busca afianzarse sin rumbo claro y a un mercado laboral que, bastante competido anteriormente, hoy pareciera imposible de habitar.
Su cruda realidad antepone las necesidades económicas sobre las aspiraciones profesionales, orillándoles a la búsqueda de empleos informales, representando una vulneración al goce pleno de sus derechos laborales:
no cuentan con seguridad social, vacaciones, prestaciones y no les permite generar antigüedad. Los beneficios como acceso a financiamiento o préstamos tampoco se encuentran a su alcance.
A favor a este sector social se han puesto en marcha acciones gubernamentales que no han sido suficientes. Tal es el caso del programa social “Jóvenes Construyendo el Futuro”, que ya se vio superado en número de aspirantes en el periodo actual, dejando fuera un alto porcentaje.
Lograr visibilizar a las y los jóvenes como población vulnerable sin acceso a empleos formales con seguridad social, es una necesidad latente, pues dejarles fuera es solo una manera de frenar el desarrollo social y económico.
Que, a través de la integración de inversión privada, gobierno y sociedad civil se generen oportunidades, pues en esos empleos recae la sanidad económica del estado ante una recesión mundial inminente.
Twitter: @IncideFemme