“Decidí comenzar de nuevo, yendo a California con un dolor en el corazón”, dijo Led Zeppelin en 1971. Hoy, sin embargo, Robert Plant podría sugerir mudarse a Salt Lake City, Plano o Jacksonville para aliviar su dolor.
El brillo se desprendió del Golden State (Estado de Oro), al menos para aquellas personas que no se encuentran en el 1 por ciento. En los 12 meses hasta julio de 2019, California experimentó un flujo migratorio neto de salida a otros estados de aproximadamente 200 mil personas, de acuerdo con la Oficina del Censo de EU.
La inmigración internacional alguna vez mantuvo a la población estable en el estado más poblado de EU. Pero California —junto con otros estados con altos impuestos y altos costos— está perdiendo de forma constante pero inequívoca los residentes que se van hacia el sur y los estados montañosos conocidos como el oeste interior. El cambio invariablemente tendrá consecuencias políticas y sociales para Estados Unidos. También es una llamada de atención, que muestra cómo la creciente prosperidad agregada puede ocultar problemas más graves.
Para California en su conjunto, la migración interna neta en el año hasta junio de 2019 fue de menos 0.5 por ciento de su población de 2018. Pero el flujo de salida de la ciudad de alto costo de Los Ángeles fue casi el doble de esa tasa agregada. El elegante condado de San Francisco, junto con otros enclaves de Silicon Valley, tuvo tasas similares por encima del promedio.
Quizás más preocupante, los que permanecen en California optan cada vez más por no tener hijos. El “aumento natural” de la población se define como nacimientos totales menos el total de muertes. El aumento natural anual de la población se redujo drásticamente.
0.73% Millones de dólares era la tasa de aumento natural de la población en 2011 en California, para 2019 apenas fue de 0.45%.
1 Millón de personas fue la caída a escala nacional en el nacimiento de personas en Estados Unidos en 2019, por primera vez en décadas.