Acompañado de los promotores de un proyecto presentado al presidente Andrés Manuel López Obrador, el delegado del INAH, José Francisco Aguilar, visitó el paraje conocido como la Cueva del Tabaco para reactivar el paseo histórico.
“Todo esto empezó por una solicitud que le hicieron al señor presidente y se lo turnaron nuevamente al Instituto. El Instituto me pasa a mi el turno para atenderlo, estuve buscando a don José, no lo encontraba, ya lo encontré porque tengo que hacerle la respuesta electrónica al caballero. No tenía correo electrónico y le dije: ‘Sabe qué, voy y lo busco’. Ahora vengo a saber qué es lo que se puede realizar”, comentó el delegado.
Lo que se pretende es realizar un análisis del sitio para generar un plan de manejo que contempla la creación de una asociación civil o patronato, o que el ayuntamiento apoye para la manutención.
La Cueva del Tabaco es un monumento nacional. Su nombre se debe a que en la zona florecía el tabaco cimarrón. En la actualidad es el único sitio en la república mexicana donde se puede referir que el presidente Benito Juárez se ocultó junto con Documentos de la Nación.
“Obviamente lo que a mí me compete es el monumento histórico, su recuperación y lo que podría ser el plan de manejo. Esto puede ser un detonante o un plus para el proyecto que ellos traen porque imagina que pudieran construir casas para la gente del ejido y que lo pudieran convertir en algo totalmente sustentable en la atención del espacio, le daría una vida impresionante”.
Este monumento se encuentra alejado de la mancha urbana, lo que en su momento lo pudo resguardar, no obstante en la época de mayor incidencia delictiva en la Comarca Lagunera se convirtió en un espacio donde se abandonaron cadáveres.
“Afortunadamente las cosas están cambiando porque aquí como podrás ver está muy tranquilo, si tú le das vida en un tema cultural, es la única forma, a veces, de frenar este tipo de situaciones. No es lo mismo que a un muchacho lo enseñes a usar un arma a que le enseñes a cuidar la parte de su historia”.
José Francisco Aguilar dijo que se pide que la gente forme parte de los espacios que le otorgan identidad. La posibilidad que tienen los lugareños de ser atendidos en esta solicitud es alta, pues le expresaron su intención al presidente, pero también a diputados federales y ahora el INAH analiza el monumento.
“Yo mando el informe y lo toma presidencia junto con los informes que han hecho. Si se genera el proyecto de conservación ya llegaría tu servidor y vería si hay que traer un historiador, un arqueólogo, un geólogo, algún topógrafo que haga el levantamiento y por medio de una oficina que hay en el Instituto vamos a generar el plan de manejo”.
En él se visualiza cuánto mide la carretera, los costos de su mantenimiento de las vialidades y las instalaciones, sin descartar acciones de conservación y varios aspectos más.