La pandemia por covid-19 ha costado a Coahuila más de 6 mil 240 vidas humanas, más de mil por encima de la primera causa en los últimos años: enfermedades cardíacas.
Centenas de familias han vivido el dolor de perder a un ser querido en 37 de los 38 municipios que conforman a nuestro estado; solo Hidalgo reporta cero decesos en más de un año que los coahuilenses nos hemos visto forzados a convivir con este grave problema de salud pública.
De las 6 mil 246 muertes confirmadas por la Secretaría de Salud de Coahuila al 18 de mayo de 2021, Saltillo, se ha llevado la peor parte con mil 651 decesos a la fecha, lo que la coloca en el primer lugar de pérdidas humanas y significa nada menos que el 26.4 por ciento del total de decesos provocados por la enfermedad.
El segundo lugar lo ocupa otra de las ciudades más grandes del estado, Torreón, que ha acumulado ya mil 493 fallecimientos y representa 23.9 por ciento del total de los decesos. Es decir que solo estas dos ciudades concentran más del 50 por ciento de este fatal impacto a las familias coahuilenses, superando por mucho a Monclova que en algún momento fue el centro de la pandemia pero que al día de hoy registra 767 fallecimientos y es la tercera con mayor número de muertes por esta causa en Coahuila; el cuarto sitio lo tiene Piedras Negras, con 416.
El comportamiento de este literal ángel de la muerte, ha sido implacable para todo el territorio coahuilenses, al grado que solo 11 de los 38 municipios tienen decesos que representan un dígito.
Aunque nos han machacado hasta el cansancio quedarnos en casa, son quienes tuvieron como ocupación el hogar los que ocupan el primer sitio de decesos en el estado y representan 28 por ciento de los fallecidos, el segundo sitio lo tienen los jubilados y pensionados con 21 por ciento y en tercer lugar están los desempleados con 18%.
Los económicamente activos, paradójicamente, ocupan los mínimos porcentajes de fallecimientos, empezando por los obreros con 2%, en tanto que actividades productivas como los choferes, los comerciantes de mercados e incluso los trabajadores de la salud apenas son del uno por ciento en cada caso, en tanto que otros como los campesinos, los maestros y los estudiantes ni siquiera llegan al dígito, el rubro general de “otras ocupaciones” significa el 26 por ciento del total de decesos.
Defunciones por edad y sexo
Al analizar las defunciones por edad y sexo las cifras se acercan un poco más al discurso que se ha dado hasta el momento sobre la letalidad de la enfermedad, pues el grueso de muertes se concentra en los que tenían más de 60 años y menos de 75 al momento del des enlace final.
Estos grupos, divididos en los registros en tres categorías de edad, significan 2 mil 652 de las 6 mil 246 muertes ocurridas al momento; les siguen los de 75 a 80 y más, que suman mil 455 decesos. En todos los casos, la fatalidad ha sido mayor para los hombres que para las mujeres; lo que se mantiene incluso en rangos de menor edad, entre los que están los niños, los jóvenes y adultos en edad productiva.
En el grupo etario de los niños, también se ha cumplido el comportamiento anunciado de la enfermedad, que se prevía menos letal debido a su naturaleza que les permite tener una especie de barrera invisible para protegerse: y así, en más de un año de la pandemia, los menores de 0 a 14 años han registrado únicamente 12 fallecimientos, en tanto que los adolescentes y jóvenes en edades de 15 a 19 años, han reportado oficialmente solo 6 fallecidos.
Las personas de 20 a 29 años un total de 57 y los de 30 a 39 suman ya 210, el rango de edad que sigue, de 40 a 49, sumó 626 muertes en estos 15 meses de contingencia sanitaria y los de 50 a 59, ya suman mil 228 personas que perdieron la vida.
En la región norte que corresponde a Coahuila, y que compare con otros seis estados, el nuestro lidera la mortalidad por covid-19, incluso por encima de entidades tan grandes como Nuevo León, pues mientras ésta última tiene una tasa de 168 personas por cada cien mil habitantes, la de nuestra entidad es de 196 por cada cien mil, 30 puntos más que su vecino.
Entidades como San Luis Potosí y Chihuahua mantienen una tasa de mortalidad de 183 y 180 respectivamente.
Éste, es el panorama negro y trágico que el covid-19 ha dejado en su paso por Coahuila, paso que está lejos de quedar como un recuerdo y que día a día permanecerá en la mente y el corazón de aquellos que perdieron a un familiar, un padre, una madre, un esposo o esposa, un hijo o una hija; aunque parezca una frase trillada estás no son cifras, son vidas que ya nadie devolverá a sus familiares. Espacios que jamás se llenarán, heridas que tardarán mucho en cerrar o quizá jamás puedan hacerlo.
CALE