Debido a la pandemia derivada del coronavirus varias personas han perdido su trabajo o no hay muchas oportunidades laborales por lo que se ven en la necesidad de emprender sus propios negocios, este fue el caso de Francesca Guillén, hija del actor Alejandro Camacho, quien desde hace un tiempo vende productos cannabinoides.
En una entrevista con TV y Novelas, la actriz mencionó que decidió unirse a una red de productos con cannabinoides, unos compuestos químicos que actúan sobre los receptores cannabinoides en el cuerpo y que liberan neurotransmisores en el cerebro.
En la entrevista, Francesca Guillén mencionó que estaba a travesando por problemas económicos y decidió empezar a comercializar estos productos. Al primer mes la actriz generó una ganancia de alrededor de 30 mil pesos.
“Es un negocio atractivo y legal. No es mariguana porque no contiene THC, el elemento psicotrópico del cannabis, así que no genera adicción ni hace daño. Es más, si te hacen un examen antidoping, ni siquiera aparecerían residuos”, mencionó.
Debido a que es un producto legal, Francesca Guillén aceptó empezar a comercializarlo y así no tener problemas en un futuro.
“Siempre he sido muy respetuosa de la legalidad, no me gusta saltarme las reglas y aquí no había nada fuera de la ley, por eso le entré”.
Tras la mala racha económica, la actriz dijo que pedía ayuda a sus amigos o conocidos, quien se la brindaban, sin embargo, dijo que no podía vivir de eso, por lo que optó por buscar una manera de conseguir dinero y pagar sus deudas.
“Mucha gente pensaría que los artistas vivimos en la opulencia y el bienestar permanentes, sin ninguna preocupación, pero nada más alejado de la realidad. Sólo una minoría tiene esa posibilidad, el resto no”.
Francesca Guillén se sinceró y mencionó que antes de comenzar a vender productos cannabinoides había ocasiones en que no tenía dinero para comprar comida, algo que le provocó impotencia.
“En un momento, mi mamá, que luchaba por superar el cáncer, me pidió que la recibiera en mi casa, le dije que sí, pero también le advertí que no tenía un peso para ayudarla. ¿Sabes la impotencia que provoca eso? Es terrorífico. En otra etapa, ya durante el confinamiento por la covid, abría mi refrigerador y no había nada. Mi trabajo apenas me daba para cubrir la mitad de mis necesidades primarias”.
Ahora que se dedica a la venta de los cannabinoides su economía ha mejorado y que día con día sus ingresos aumentan un poco gracias al negocio en el que está.
PJG