Cultura

Vivencias y disidencias. Una mirada de las trabajadoras sexuales, en el Centro Cultural Tlatelolco

Reivindicar el trabajo sexual para que deje de ser estigmatizado, es el propósito de dicha exhibición en la que trabajadoras sexuales decidieron representarse para compartir sus historias, emociones y memorias

“Tenemos más valor porque hacemos lo que nadie haría, por eso la sociedad no debe de juzgarnos, ni humillarnos, y muchos menos descalificarnos como personas, solo ser trabajadoras sexuales, sin conocer qué hay detrás de todo eso; muchas somos mamás, estudiantes y hasta el sostén de la familia”, cuestiona Anniie Sue, quien compartió su testimonio con MILENIO como una de las personas que participa en la exposición Vivencias y disidencias. Una mirada de las trabajadoras sexuales.

Anniie Sue relató que la necesidad económica la llevó a ejercer el sexoservicio, pues tenía a una pequeña hija y estudiaba la licenciatura en Criminalística con horarios que le impedían tener un trabajo fijo.

Ella forma parte de los Laboratorios de paz del CCUT, en colaboración con la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales (Amets), y decidió intervenir en la muestra para transmitir parte de sus vivencias.

“Nos ven y nos juzgan, porque consideran al trabajo sexual como algo malo, por eso esta exposición es importante, para que las personas conozcan un poco de nuestra vida y disidencias, con la intención de que vean al trabajo sexual como un trabajo y puedan ser un poco más empáticas”.

Para Annii, Amets resulta trascendental en su vida por el apoyo que recibe de esta red, pues le permite sentirse segura debido a que al ejercer este oficio se advierte vulnerable por los riesgos a los que se enfrenta.

“De hecho se han cometido muchos casos de feminicidios por lo mismo, porque no sabemos realmente cómo está la mentalidad de las personas que contratan nuestros servicios”.

Annii sigue estudiando, cursa su segunda licenciatura, ahora en Derecho con el propósito de defender a su comunidad de las injusticias.

Sostuvo que hace falta una ley que reconozca como tal el trabajo sexual, para que cuando una sexoservidora levante una denuncia, se le haga justicia y no se les denigre.

Mirada de las trabajadoras sexuales en el Centro Cultural Tlatelolco
Foto: Ariana Pérez

Ellas se apropian

Santy Mito, el curador de la muestra indicó que la idea fue justamente que ellas tomaran el espacio y a través del arte compartieran los mensajes que les interesa colocar en el espacio público.

Es una exposición fotográfica que reúne 10 miradas de diferentes personas que ejercen el trabajo sexual, lo interesante es decidieron y se abrieron a contar sus experiencias.

“Entonces no somos nosotros, ni la institución, ni los curadores, ni los talleristas-fotógrafos los que estamos diciendo lo que se va a mostrar en esta exposición, sino los y las mismas compañeras las que decidieron qué contar y de qué manera, a diferencia de otras exposiciones que han hecho de temas relacionados a esto”.

En la exhibición, detalló, se encuentran relatos que guiaron las conversaciones: cuerpo, territorio, afectos y memorias, como ejes temáticos.

Más allá de darles voz, más bien ellas y ellos están tomando el espacio para utilizarlo como una réplica de lo que han vivido y de sus disidencias.

“Me parece histórico que la UNAM se abra para tener ese tipo de exposiciones y se preste para dar visibilidad a este tema”.
Mirada de las trabajadoras sexuales en el Centro Cultural Tlatelolco
Foto: Ariana Pérez

Hay una sala en particular pintada en rojo en la que se exhiben fotos cubiertas de un marco de tela, para que el espectador lea la leyenda que tiene cada una y decida ver la imagen o no.

Aquí destaca una fotografía y un testimonio que habla de una persona que tiene una discapacidad motriz importante y, gracias a que tiene un vínculo con una trabajadora sexual puede ejercer su sexualidad, explicó Paola Zavala, subdirectora de Vinculación del CCUT.

Reiteró que la muestran viene desde las propuestas de las trabajadoras sexuales, porque el interés de la institución universitaria es en este contexto: aludir a las corrientes feministas, una que dice que las trabajadoras sexuales tienen autonomía y libertad de gestión, capaces de pedir respeto y garantías laborales a su trabajo sexual. Y la otra corriente que plantea es que ninguna mujer que tenga satisfechos los derechos humanos básicos garantizados, se puede dedicar al trabajo sexual.

Vivencias y disidencias. Una mirada de las trabajadoras sexuales, la cual se puede visitar en el CCUT, ubicado en Flores Magón 1, esquina Eje Central, en Tlatelolco.

Mirada de las trabajadoras sexuales en el Centro Cultural Tlatelolco
Foto: Ariana Pérez




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Leticia Sánchez Medel
  • Leticia Sánchez Medel
  • [email protected]
  • Reportera cultural, cursó la maestría en Periodismo Político, es autora de tres libros sobre la historia inédita del Cervantino.
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