La noche del 18 de septiembre, el Estadio 3 de Marzo fue testigo de una gran contradicción a la reforma municipal que prohíbe y sanciona la reproducción de música que fomente la apología del delito en establecimientos que venden alcohol, ahora durante el concierto de Fuerza Regida en Zapopan.
En el evento, miles de personas (entre ellas numerosos menores de edad), corearon los corridos bélicos de la agrupación estadounidense de raíces mexicanas, en un concierto donde parece que las regulaciones parecieron desvanecerse.
¿En qué consiste la reforma?
El Ayuntamiento de Zapopan aprobó una reforma reglamentaria para sancionar a comercios que expendan bebidas alcohólicas y reproduzcan contenidos musicales que promuevan actividades ilícitas. El presidente municipal, Juan José Frangie Saade, declaró que, aunque no es una solución definitiva a la inseguridad, se busca "ir cerrando todas esas compuertas" que incitan a los jóvenes a la delincuencia. Las sanciones contemplan multas de hasta 400 mil pesos, clausura e incluso la revocación de la licencia.
¿Qué canciones difuminaron a esta reforma?
En el concierto de Fuerza Regida, esta "compuerta" estuvo más que abierta. La agrupación mexicoestadounidense, con nueve años de trayectoria, es conocida por componer temas que hacen alusión explícita a figuras y actividades de cárteles como el de Sinaloa y el CJNG.
En el escenario del Estadio 3 de Marzo, resonaron canciones como "Igualito a Mi Apá", ha sido señalado como un encargo directo de Iván Archivaldo Guzmán, hijo de 'El Chapo'. Otro tema interpretado como "TQM" menciona directamente a JGL que se cree se trata de Joaquín Guzmán Loera.
La ironía fue palpable cuando los miles de fanáticos, entre los que se encontraban adolescentes como Amir, de 16 años, cantaron a todo pulmón la frase "Guadalajara, traemos el mando no pasa nada" de la canción "No pasa nada".
Más allá de la música, el ambiente del concierto evidenció una alarmante falta de control.
Sin medidas a la venta de alcohol a menores
Por su parte, TELEDIARIO pudo atestiguar la presencia de jóvenes y menores de edad consumiendo alcohol sin que existieran medidas de restricción por edad en los puntos de venta.
Incluso antes de ingresar al recinto, algunos jóvenes ya se encontraban en estado de ebriedad, y otros tuvieron que abandonar el espectáculo prematuramente debido al exceso de alcohol, entre vómito y caídas repentinas.
Adicionalmente, dentro del estadio se percibió un claro olor a cannabis y se constató el uso de vapeadores, dispositivos que de alguna manera lograron burlar los filtros de seguridad en la entrada.
Esta situación pone de manifiesto la incongruencia entre el discurso político y la realidad. Mientras la administración municipal presume una "estrategia integral" de prevención y cultura de paz, se permite la realización de un evento masivo donde no solo se hace apología directa a portación de armas y narcomenudeo, sino que tampoco se implementan las medidas más básicas para proteger a la juventud, restringiendo el acceso al alcohol y el consumo de sustancias prohibidas.
La noche del 18 de septiembre en Zapopan, la música sonó fuerte, pero la aplicación de la ley y el compromiso con la ciudadanía sonaron a un silencio preocupante.
SG