Aunque no les caería mal una gorra nueva, un perfume o la codiciada playera de su equipo favorito, para muchos padres de familia el mejor regalo este Día del Padre no se compra: es compartir tiempo con sus hijos, sus nietos y, si se puede, una buena carnita asada en casa.
Regios entrevistados coincidieron en que la celebración ideal no está en un aparador, sino en la convivencia familiar. Y aunque se les preguntó por algún obsequio material soñado, casi todos terminaron hablando desde el corazón.
“Con que mis hijos no se olviden de uno y vayan a verme, ya fregué. Tener a los míos, ver a mis nietos y abrazarlos, con eso estoy contento”, expresó Samuel Gómez, padre de cuatro hijos.
Su compadre, Octavio Rodríguez, quien vacaciona en Nuevo León desde El Paso, Texas, coincidió.
“Cuando uno es padre se da cuenta de que lo más importante es la familia, teniéndolos a ellos uno tiene todo, verdad de Dios que sí”.
Pero no todos pueden festejar como quisieran. Luis Christopher, por ejemplo, compartió que nunca conoció a su padre, y por eso se esfuerza en ser uno presente.
“Mi más grande regalo sería volver a estar con él y darle un abrazo. Falleció cuando yo tenía dos años. Hoy me cuido mucho porque no quiero que mi niña crezca sin su padre”.
En otros casos, la fecha también es la oportunidad perfecta para mandar una indirecta cargada de humor.
“No, amigo, esta es la oportunidad de desquitarse porque mis hijos siempre quieren todo. Yo espero que se pongan guapos y me regalen una gorrita o la playera nueva de los Rayados… y por supuesto que me hagan mi carnita asada”, dijo entre risas Tomás Cordero.
Mercadotecnia es menor
En medio de estos sentimientos resalta que la mercadotecnia el l Día del Padre es visiblemente menor comparada con otras fechas, como el Día de las Madres.
En un recorrido por la plaza Morelos apenas se exhibían algunos productos como botas de piel desde mil pesos, camisas, pantalones o artículos deportivos.
“Yo lo que quisiera es que cuando estén conmigo, no estén en el celular. Sí nos juntamos, pero luego se pierden y pues ya ni siquiera platicamos”, dijo Jesús Maldonado.
Y para algunos, los regalos llegaron anticipadamente como una muestra de cariño.
“Ya me regalaron mi playera de Rayados del Mundial de Clubes”, contó emocionado José Luis García.
Desde que en 1972 se instituyó oficialmente el Día del Padre en México, cada tercer domingo de junio, la fecha busca reconocer a quienes asumen con amor y responsabilidad ese rol. Aunque los reflectores del comercio no estén tan dirigidos a ellos, muchos padres tienen claro que el mejor regalo no está en una caja, sino en el abrazo sincero de su familia.
