Tras el retiro del IVA en los productos de higiene menstrual hace dos años, Anahí Rodríguez vocera de Menstruación Digna en México, compartió que al país le hace falta avanzar en políticas publicas que cubran el acceso de las mujeres a tener una menstruación digna y gratuita.
La representante mencionó que los productos de higiene menstrual siguen sin ser gratuitos en México, y en muchos casos aún no se reconocen las complicaciones que puede conllevar el período.
Esto solo es consecuencia de la nula normalización que se tenía del tema, que si bien es algo natural, se debía mantener oculto para no incomodar. Pero ahora el tema se ha puesto sobre la mesa y esta siendo promovido por una marea roja que busca normalizar lo que ocurre en los cuerpos de las mujeres.

Acorde con la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual en México, el 69 por ciento de las adolescentes, mujeres o personas menstruantes tenían poca o nada de información cuando le llegó su primer periodo; y además, de las encuestadas, el 15 por ciento no cuentan con infraestructura adecuada para gestionar la menstruación.
Tan solo el 44 por ciento de las mujeres se sienten incómodas hablando con sus familiares hombres respecto a la menstruación, en contraste con el 67 por ciento de confianza que tienen de hablar de este tema con mujeres; asimismo el 45 por ciento no se siente con la confianza de hablar de este tema con su jefe, mientras que el 41 por ciento si tiene la confianza si es mujer la que está cargo.
¿La menstruación es un tabú?
Las mujeres menstrúan alrededor de 40 años y muchas de ellas inician con su periodo desde los 12 años, cuando recién arranca su adolescencia, una etapa de autodescubrimiento y también de estigmas y tabúes derivados del machismo que por años invisibilizó el tema.
Lamentablemente al crecer la situación no mejora, los estigmas hacen que a las mujeres trabajadoras se les catalogue de hormonales cuando están en su periodo, y pese al dolor asistan jornadas laborales completas; dado que ya existe una reforma que les permite solicitar un permiso menstrual por lo incapacitante que puede llegar a ser este dolor.

Por tal motivo para Anahí Rodríguez, aún quedan retos, no solo para quiénes tiene acceso a productos de gestión menstrual puedan hacerlo sin prejuicios, sino también voltear a ver las necesidades de las mujeres en situación de calle o en prisión que difícilmente pueden acceder a estos productos y continúan menstruando.
Lo cuál, las obliga a seguir haciendo uso de los que tiene a su alcance para protegerse, lo cual, a veces puede traer como consecuencia infecciones, que de no ser tratadas a tiempo pueden agravarse.
“La menstruación digna debe de ser un derecho y no un privilegio como actualmente lo es, creo que a veces es muy difícil empatizar con la pobreza menstrual porque muchas veces nosotras si tuvimos infraestructura, tuvimos productos y si tuvimos acceso a la información pero la realidad es que eso no le pasa a todas”, precisó.
IAZD