La Casa de la Cultura tendrá hasta el 20 de abril, que es el domingo de Resurrección, el Altar de Dolores, una obra que desde varias décadas es ya una tradición en Puebla, la cual busca promover la conservación de las costumbres más arraigadas en el corazón de los poblanos.
Al respecto, Emilio Herrera, subsecretario de Cultura, abundó que el Altar de Dolores comenzó a instalarse desde 1976.

"Y como dice nuestro gobernador, pensar en grande y por amor a Puebla, esta celebración la seguimos realizando", apuntó.
Por su parte, Alejandro Andrade, profesor investigador BUAP, agregó que la intención que tiene la Virgen de Dolores es lograr conmover a los ciudadanos el ver que esta perdió a su hijo.
"La época virreinal no hubo imagen que se pintará más que la Virgen Dolores, incluso que la Virgen de Guadalupe", apuntó el historiador de la Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Finalmente, María Teresa Arenas, jefa del departamento de la Casa de Cultura Central, explicó que el Altar de Dolores es una tradición de los viernes de Dolores.
La configuración del altar incluye múltiples elementos en grupos de siete, simbolizando los siete dolores de la Virgen María.
Este altar contará con una combinación de elementos que le dan un carácter altamente simbólico: el color morado, dedicado a la pena y el luto; botellas redondas con agua de colores que simbolizan las lágrimas de la virgen.
Cabe destacar que al término de la inauguración del Altar de la Virgen de Dolores, que se obsequio aguas de sabor
Son aguas de colores y sabores, debe de ser de diferentes colores, en especial: blanco, verde, anaranjado y rojo (horchata, chía, limón, melón, naranja, sandía o jamaica) y al colocarle azúcar, representa el corazón dulce de la Virgen María.
AAC