Este domingo por la mañana, el corazón de Tampico se llenó de silencio, respeto y gratitud con la partida de Paula Grande de Muñiz, una mujer cuya historia está tejida con lucha, servicio y amor por su comunidad. Familiares, amigos, vecinos y figuras del ámbito político acudieron a la sala dos del recinto funerario para despedir a una mujer que deja un legado invaluable en la ciudad que tanto amó y defendió.
Las flores blancas predominaron en los arreglos que rodeaban su féretro, un símbolo de pureza, paz, tranquilidad y admiración. Rosas, lirios y crisantemos adornaban las coronas que portaban cintas con los nombres de quienes, a lo largo de los años, reconocieron el compromiso de Doña Paula con su gente: Magdalena Peraza, Mónica Villarreal, Chucho Nader, Pepe Schekaiban, Trinidad Maximoto, entre otros.
Una líder nata que transformó colonias y tocó vidas
En la ceremonia, mientras se rezaba el Santo Rosario, uno de sus familiares tomó la palabra con una Biblia en mano para recordar la vida de una mujer que, aún en el dolor, supo mantenerse fuerte. Paula Grande no solo enfrentó la pérdida de su esposo, de tres hijos, hermanas y un nieto, sino que se convirtió en un pilar para su comunidad, luchando por mejores condiciones para las colonias Morelos y Vicente Guerrero (sector Moscú).
Fue ella quien gestionó servicios básicos como agua, drenaje, pavimentación y alumbrado, tocando puertas en Tampico y también en la capital del estado. Su labor como gestora, como mujer entregada y como figura comunitaria queda grabada en quienes la acompañaron en su camino.
Su partida deja un vacío, pero también una memoria viva. En cada calle pavimentada, en cada familia que logró una vivienda digna gracias a su intervención, vive el espíritu de una mujer que honró su apellido y su vocación de servicio.
