Lorena Mercado es una de las cientos de madres que, de acuerdo con los registros de denuncias, sufren en Jalisco porque sus hijas están desaparecidas. Hace casi diez meses que vio a Alejandra Montserrat por última vez y hasta hoy, también como cientos de madres en el estado, no tiene respuesta favorable de las autoridades.
Hay varias instancias que se encargan de buscar a las personas, pero ninguna rinde frutos. En entrevista, la mujer víctima de la desaparición de su hija y víctima de la negligencia de las dependencias encargadas, se cuestiona la ineficiencia.
“¿Por qué si el Servicio Médico Forense (Semefo) del estado de Jalisco está saturado?, ¿por qué sigue habiendo tantos desaparecidos?, ¿por qué nadie ha podido reconocer a su familiar?, ¿qué no están haciendo bien?”, se pregunta.
Además del calvario que viven todos los allegados de las víctimas de desaparición, al no saber de ellos, los parientes sufren porque tienen que ver miles de pedazos de cuerpos en el anfiteatro metropolitano. En algunos casos, a esperar a que los armen: “Un día te enseñan los torsos. Por ejemplo en la primera fosa de El Mirador (en Tlajomulco de Zúñiga), eran puros torsos. La segunda parte de El Mirador son brazos, piernas y cabezas”, narró.
Dentro del colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (Fundej) hay una mamá que “ya encontró un brazo, una pierna y un torso, pero ahora resulta que el Semefo no le va hacer la ‘confronta’ hasta dentro de un mes o dos. ¿Por qué? No sabemos, pero de sobra sabemos que el trabajo ya los rebasó”. Ahora, “gracias a Dios y dentro de lo que cabe, nos han dejado a la gente completa. (En la fosa de El Salto), ahí sí están los cuerpos completos”, pero el de su hija no está ahí. Tampoco dentro de los diez cadáveres hallados recientemente en el Rancho El Mirador.
Han pasado casi diez meses de la desaparición de Alejandra Monserrat, no hay avances en la investigación. De hecho, el pasado viernes apenas se comunicó con ella personal de la Comisión Estatal de Búsqueda para Personas Desaparecidas para disculparse: “Dijeron que ‘una disculpa’, que se ponían a mis órdenes y que acababan de tomar el caso. ‘¿Diez meses después?’, ‘necesitamos checar o confirmar los datos de su hija’. Es como empezar de cero”, respondió. “Entonces para qué existen tantas áreas si no nos van ayudar. Si están detrás de un escritorio. Ahí no nos van ayudar, ni los van a encontrar”.
Denunció que personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas del Estado de Jalisco, abandonó el caso de su hija porque se presume que detrás de la desaparición de su hija está un grupo delictivo.
“Yo le dije al agente, a ver usted ya no va a hacer nada simplemente porque usted sabe que está relacionado el crimen organizado. ‘No señora, yo no le tengo miedo, pero a mí solamente hágame su declaración y yo voy atrás de ellos. Pero tú me estás presionando y tú sabes que yo corro peligro si hago eso, entonces protéjanme. No señora, pues usted ve muchas películas’. Entonces le dije, no te voy a dar mi declaración, entonces hasta aquí queda la investigación de su hija”, contó la afectada.
Y así fue, la investigación de su hija se encuentra estancada. Hay desesperación, angustia, coraje e impotencia: “Si las autoridades no te ayudan, a quién acudes, quién te va ayudar entonces. Saben lo que está pasando, pero están coludidos y se hacen de la vista gorda”.
Durante la pasada administración, la entonces Fiscalía General del Estado informó que el crimen organizado estaba involucrado entre el tres y el cuatro por ciento de las desapariciones en Jalisco.
El problema es que ante la sola presunción los casos no se investigan, lamentó Lorena Mercado. Cuando Alejandra Monserrat desapareció tenía 21 años, pero ya cumplió 22. Dejó un hijo de tres años: Bastián, quien cada día pregunta “¿dónde está su mami?”.
En entrevista, la señora pidió ayuda a las asociaciones vecinales para que denuncien cualquier movimiento raro. “Claro que da miedo, pero híjole, una llamada anónima, un papel, escuché un ruido. El hoyo (de la fosa de Santa Anita) no lo hace una persona, ni dos, o tres. La profundidad se hizo con máquinas”.
En El Salto“es una burla para el gobierno. Está a la vuelta de la Comisaría, no puede ser posible que en sus narices y no se den cuenta”. Los necesitamos, concluyó.
MC