Luego de que el año pasado la celebración del Día de las Mulas se suspendiera a causa de la pandemia, la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México abrió sus puertas para que las familias trajeran a sus hijos vestidos de "inditos".
Con mascarillas bien colocadas y manteniendo la sana distancia, menos de un centenar de fieles escucharon la liturgia solemne para celebrar al Corpus Christi, la festividad que conmemora el milagro de Eucaristía, cuando Jesucristo se convierte en el pan y vino.
En el altar mayor, la misa fue presidida por el cardenal Carlos Aguiar Retes, acompañado por el rector de la Catedral Metropolitana, Ricardo Valenzuela y miembros del clero de la Arquidiócesis Primada de México.
Ahí, el líder religioso detalló que solamente con la ayuda de Jesucristo "podremos desarrollar nuestro propio espíritu, descubriendo el instinto innato para descubrir nuestra propia persona, su origen, su destino y una vez descubierta nuestra contingencia y fragilidad, buscar el auxilio de quien me creó".
Luego de la adoración al Santísimo, relicario que contiene la hostia consagrada, la celebración litúrgica terminó para dar paso a la bendición con agua bendita a los niños que asistieron ataviados con trajes típicos.
Frente al altar de Los Reyes, las autoridades eclesiásticas colocaron una mesa con bolsas llenas de juguetes y dulces, las cuales fueron repartidas por el cardenal Aguiar Retes y por miembros del prelado de la Arquidiócesis Primada de México.
Cinthya, la mamá de Osvaldo, un bebé de meses de nacido, aseguró, mientras le acomoda a su hijo el traje de manta con la Virgen de Guadalupe bordado en el pecho, que el traer a los niños vestidos de 'mula' es importante ya que “se tiene que mantener viva la tradición".
El mismo caso de Teresa, la abuela de Iker quien dijo que año con año, lleva a su nieto y en su momento a su hija, vestidos de inditos a celebrar el jueves de Corpus en la Catedral.
Para el señor Felipe, traer a sus tres nietos a misa el jueves de Corpus es importante; recuerda que desde que se casó con su esposa, hace 35 años, esta festividad es importante en su hogar por lo que inculcarla a su familia es lo primordial.
Sin embargo no todo es miel sobre hojuelas, pues afuera de la Catedral Metropolitana, frente del Monte de Piedad, sólo se colocaron dos puestos con los trajes de manta, huacales y accesorios típicos.
La señora que vende en uno de esos puestos, quien prefirió mantenerse en el anonimato, contó a MILENIO que las ventas han estado bajas, sin embargo aseguró que podrá sacar lo de la inversión, hecho que el año pasado resultó imposible.
FS
