Ya entramos en la cuenta regresiva de las elecciones en Nuevo León y no tenemos idea quién ganará la gubernatura ni Monterrey. ¿Tú sí? Porque ni los especialistas más metidos en la jugada ni los cuarteles de campaña se animan a pronosticar a un triunfador.
Y por favor, no me vengas con las encuestas porque son el instrumento más maleable y mal comprendido de los de las últimas décadas para interpretar el humor del electorado. Todas se sustentan en negociaciones, amarres económicos y lineamientos editoriales con fines ulteriores que exceden las urnas. ¿Quieres creerles? Adelante, pero es una estrategia de primaria para empujar a la opinión pública hacia ciertas ideas, argumentando que la mayoría piensa de una manera.
Explicado esto y entendiendo que no es una cuestión los colores (cada partido trae sus encuestas y las publica a conveniencia), metámonos en lo que ocurre con estas dos coyunturas totalmente interconectadas y dependientes.
Primero, Monterrey y su laberinto de negociaciones. Donde no veo diferencia porcentual entre Cienfuegos y Colosio, y si me empujarás, te diría que máximo hay cinco puntos. Una brecha donde noto confianza en ambas partes porque confían demasiado en sus fortalezas y creen poder descuidar sus debilidades sin que les pegue en el resultado final.
¿Un ejemplo? El poder real de voto de Colosio es una gran incógnita porque su mensaje genérico e idealista apunta a una estrategia de impacto sobre una ciudadanía que busca el cambio. Su apellido es garantía y su discurso redunda en el golpeteo al PRI, pero no ha logrado traspasar las estructuras más enraizadas de la metrópoli. ¿Qué está haciendo? Confiando en que ciertos distritos traicionarán a Paco y así doblegar la falta de estructura. Además, esperar que Morena y varios de los operadores priistas que jalan con Clara Luz (Gutiérrez / Enríquez) le arrimen ayuda real a la hora de los chingazos. ¿Qué ocurrirá? La fuerza de Luis es real y tiene mucho apoyo de afuera, pero sigo dudando de esas alianzas locales que da por seguras y que sin ellas dudo que gane.
Enfrente, Francisco Cienfuegos recorre cómodo la metrópoli, pero carece de una parte del sector joven que suele ser muy prominente, pero también volátil en las elecciones, ¿saldrán a votar o no? La pregunta del millón y mientras tanto, Paco sabe que su trabajo de años sobre la cuadrícula regia le debiera alcanzar para ganar si enfrente tuviera un rival más tradicional; algo que no es Colosio y eso perturba las proyecciones más obvias. Recordemos que las elecciones se ganan con votos y todo es cálculo, planificación y capacidad para distribuir gente en todas las casillas de Monterrey. Sobre el margen de votos que se estima hay un imponderable que te lo dan las traiciones internas, las alianzas rotas y las ganas de los ciudadanos el día de la elección. ¿Te lo pongo más simple? Cuando tú realizas un evento sabes que el 20% no asistirá. Bueno, aquí es igual, pero con millones de pesos y el futuro de Monterrey en juego.
Y del resultado de Monterrey nos vamos a un Nuevo León, donde ambos personajes están amarrados a los que recién te describí. ¿Cómo los veo? Igual que a nivel municipal, muy parejos en la percepción ciudadana y con fortalezas que los han distanciado definitivamente del resto. Ni sueñen con Larrazabal para que gane, pero sí como moneda de cambio para influir votos definitivos.
¿Por qué no creo en Larry? Llegó como paracaidista a liderar la elección panista más fragmentada de su historia y cada uno de sus caciques trae agendas personales alejadas de la genética histórica del partido.
Además, lo que negocie Larrazabal será por debajo del agua porque ni Adrián ni Samuel lo querrán cerca de la foto. Algo similar al desmadre con AMLO y la postura presidencial de atacar a los punteros y polarizar las elecciones.
¿Qué diferencias veo en las acusaciones? Bastantes, pero lo discutimos la próxima semana porque seguirán saliendo datos nuevos y los medios jugarán otra vez un rol clave. Adrián y Samuel están a tiro de piedra entre ellos y el que pise en falso, perderá. No hay más margen y los daños colaterales están siendo muy graves para García, debido a su propia estrategia de exponer todo su grupo íntimo en la campaña. La IP también se dividió y cuando el margen de votos es tan cercano suele ganar el que trae más aceitados los engranajes de un estado que se especializa en canibalizar favoritos.
Santiago Fourcade