Cultura

De museos

La ciudad de Toluca, capital del Estado de México, se distingue por el concentrado número de museos, gabinetes particulares, bibliotecas y galerías de arte que alberga, superior al de otras ciudades de la República mexicana. Se trata de un prestigio que quizás no guarde correspondencia con la calidad general de su administración, pues los acervos se han deteriorado en varios aspectos no deseables.

De ello hablaremos en otras entregas, con información más sólida. Me interesa señalar en esta oportunidad la importancia que tiene el museo y la biblioteca en el desarrollo cultural de la comunidad a la que sirve, aun cuando sea la utilidad pública de ambos recintos un bien conocido y apreciado.

El museo es un espacio que acompaña a la civilización, desde el museion de Alejandría, construido alrededor de 280 años antes de Cristo, el recinto más antiguo conocido, que servía como centro para investigación intelectual, no en el sentido específico como hoy se le reconoce, sino en un sentido más amplio, pues ahí se desarrollaban coloquios, comidas y ceremonias religiosas, como también se albergaba el arte coleccionado de diferentes fuentes. Era el primer museo con la vocación de enaltecer el espíritu por medio de prácticas ritualizadas.

Luego Roma y los sucesivos periodos de la historia han dado al museo usos semejantes, pero han preservado la idea de investigar, coleccionar, conservar, interpretar y exhibir el patrimonio material e inmaterial de la sociedad, bajo los más diversos criterios que fomentan la diversidad y la sostenibilidad.

Ese desarrollo es semejante al de las bibliotecas, aunque su historia es aún más antigua, pues los registros de la histórica Mesopotamia en el Oriente Próximo hacen constar la existencia de bibliotecas ligadas a la actividad de los templos religiosos. Nada más normal, pues el primer conocimiento articulado en dogmas requirió siempre el apoyo de la escritura y, por ende, de la preservación de ésta en soportes materiales, desde tablillas hasta hojas de papiro. Una historia fascinante, sin duda, que se iguala en importancia a la del museo como recinto de saberes reflejos del avance de las sociedades.

Solemos olvidar esta premisa al abandonar nuestros museos y bibliotecas, o cuando permitimos que manos inexpertas y sin conocimiento de la importancia social de ambos recintos los conduzcan por un camino de pauperización gradual y me temo que definitiva, pues la recuperación del prestigio del museo y la biblioteca cuesta tiempo, dinero y esfuerzo continuados con rigurosa vocación de servicio, que las administraciones públicas sobre todo no están dispuestas a otorgar.

Bien valdría la pena visitar nuestros museos y bibliotecas y observar este fenómeno de pauperización: cada vez se invierten menos recursos en ellos y lo que se destina se hace sin visión de integralidad ni de largo plazo. Grave es el riesgo que corren los recintos que más esplendor deberían dar a la ciudad capital del Estado de México. Seguiremos informando.


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Porfirio Hernández
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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