Política

Nacionalismo contra patriotismo

  • Entre ciudadanos
  • Nacionalismo contra patriotismo
  • Ma. del Carmen Platas Pacheco

Al haberse confirmado las amenazas de campaña respecto de la peligrosidad y hostilidad del presidente Donald Trump hacia nuestro país, en México han surgido movimientos espontáneos —y también manipulados— de unidad respecto de este terrible enemigo común. Las plazas y calles de diversas ciudades de la República Mexicana han sido el escenario propicio, muchas veces motivado y auspiciado por el propio gobierno federal o estatal, para "marchar a favor de la unidad". Desde luego, en ese contexto de marchantes espontáneos y acarreados han salido del baúl los rancios discursos encendidos, pletóricos de frases hechas en torno de la fortaleza y el carácter invencible que adquirimos como nación cuando permanecemos unidos ante la adversidad.

La obviedad de las consignas retóricas de los oradores, el dramatismo sin emoción de sus narrativas sugiere la incoherencia que supone pretender que se combate el nacionalismo de Trump con el patriotismo mexicano, en una mezcla de expresiones de folclor propias del mes de la patria, pero fuera de temporada, con sus banderitas, canto del Himno Nacional, confeti y comida típica. Sin embargo, lo que se advierte en esas representaciones espectaculares es la falta de toma de verdadera conciencia del peligro real en que se encuentra nuestro país y sus habitantes, no solo por las acciones que desde el exterior pueda ordenar ejecutivamente este magnate demencial habilitado de presidente: la construcción del muro fronterizo, el arancel de 20% por ciento a nuestras exportaciones y el impuesto a las remesas. En México existen diversos signos de fractura interna, de grave malestar y descomposición social que no han sido atendidos oportuna y eficazmente y que, en consecuencia, no pueden ignorarse ante el enemigo recién identificado, al unísono grito de México unido, jamás será vencido.

Podríamos proponernos acabar con la impunidad, con la pobreza, con la inseguridad o con la corrupción gubernamental, esas acciones afirmativas y decididas sí que nos harían fuertes internamente y desde luego mejores mexicanos. Llamar a la unidad nacional para luchar contra el enemigo que está dentro es mucho más efectivo, porque mientras no superemos estos lastres que nos confrontan y dividen, será imposible ofrecer un frente común ante las amenazas que vienen de fuera.

La fortaleza de un país es proporcional a su capacidad de vivir en el marco de instituciones sólidas, coherentes y consistentes; capaces de articular, mediante el seguimiento de políticas públicas, las múltiples realizaciones del bien común.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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