“No necesito inventar a las protagonistas de mis libros, mujeres fuertes y decididas, porque estoy rodeada de ellas”
Isabel Allende
Pido prestado a Isabel Allende el título y el espíritu de su libro para la conmemoración de hoy. Es 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, y como Isabel no necesito inventar protagonistas, estoy rodeada de mujeres a las que admiro, de quienes aprendo, con quienes me acompaño, a quienes abrazo y contengo, quienes confían de mí, a quienes contemplo a distancia, a quienes recurro por esa palabra y ese apoyo… He estado y estoy rodeada de mujeres que explican mi propia historia.
Debo de decir, que a lo largo de los años he estado y estoy rodeada de mujeres de las que poco o mucho conozco su historia, las amo y respeto, a veces creo que más que ellas mismas. Como Isabel Allende, para este día he decidido hacer uso de este espacio para realizar un ejercicio de memoria y gratitud.
Es 8 de marzo, reconocerlas, nombrarlas a ellas es también un acto de justicia, de orgullo, de resistencia y de transgresión, porque las historias de mujeres deben de ser contadas por las protagonistas, y en tanto eso ocurre, también por quienes les admiramos.
- Maria Luisa, mi abuela materna. Maestra normalista, cincuenta años de servicio frente a sus grupos de primaria en zonas rurales y urbanas. Madre de 8 hijos e hijas. Una mujer lúcida, que nos enseñó el valor del esfuerzo, el trabajo y la dignidad.
- Rosalinda, mi tía y madre. Mujer líder, solidaria, generosa y rebelde. De quien aprendí el valor de la voz y la palabra. Maestra normalista que bien pudo ser abogada, ella no lo fue, pero apoyó de forma decidida para que otras sí lográramos nuestros sueños. ¡Cuánta falta me haces!
- Lichita, mi madre. Mujer que descubrió la obra de Simone de Beauvoir en épocas recientes, decidió hacerlo para crecer y deconstruirnos juntas, así hemos crecido en esta consciencia. Una feminista que siempre estuvo ahí, hoy lo repaso y reconozco en cada acto de consciencia y libertad que gesto en cada una de sus hijas. Con ella aprendo que el amor es infinitamente respetuoso de las libertades, individualidades… y que el proceso de apropiarlo, no es sencillo.
- Ellen y Lena. Mujeres que me enseñan, desde otras posibilidades, el mundo, sus colores, sus sonidos, sus olores, sus historias… todo a través de sus ojos, y entonces, todo se torna nuevo, distinto y retador.
- Alelí. Mujer que decide con determinación y entrega. De ella aprendí que para estar donde quieres debes de renunciar a lo que no te es útil. No se rinde, y si lo hace, vuelve a empezar.
- Luz María. Mujer feminista que acompaña desde el conocimiento, el compromiso y el amor a otras mujeres. Sus herramientas son la alegría y la resiliencia, ahora mismo está haciendo caminos para otras. Es generosa.
- Bianca. Mujer profesionista que decidió pausar su desempeño profesional para cuidar de y formar a sus hijos; de ambos, en particular de su amado Jorge. De ella aprendo todos los días el compromiso de acompañar desde el amor y la preparación, el esfuerzo, a un hijo con autismo y a una hija que crece desde la consciencia de un hermano que demanda otras exigencias de sus padres.
- Jessica. Mujer profesionista en áreas de cirugía estética, acompaña a otras mujeres en sus procesos de intervención y apropiación de sus cuerpos. Con ella he aprendido que no todo lo estético está relacionado con la belleza, sino también con la dignidad, alegría y aceptación devueltas a partir de muchos de los procesos que ella realiza en sus pacientes.
- Adriana. Mujer que es símbolo de fortaleza y empeño. Conoció de la orfandad a los 5 años. La maternidad a los 15 años y la viudez apenas a los 30 años. Una vida marcada por los duelos que ella ha convertido en posibilidades. Enamorada de sus hijos, ahora mismo está en búsqueda de aquello que le de paz y le haga feliz. No quiere ni puede rendirse.
- Mariana. Mujer joven, inteligente y solidaria. Ha superado cada una de sus limitaciones hasta creerse capaz de todo. Hoy nadie, ni ella misma, puede dudar que podrá con los retos presentes y venideros.
- Hetz. Mujer que decidió la maternidad pasados los cuarenta años, lo hizo a sus formas y estilos ¡parió en casa y se apropió de cada momento gestacional! Dos hijas y una pausa a desempeño profesional. Curiosa de todos los procesos de crianza, se compromete y lo está haciendo de maravilla. Ella representa la fortaleza de ir en búsqueda de nuevos proyectos familiares, ser paciente y no desistir por ello.
- Silvia. Mujer que decidió nuevas oportunidades, una de ellas la maternidad. Un enorme reto para quien no lo pensó como se construye desde lo imaginario. Al decidirlo ha asumido retos que le mantienen en procesos vivos de aprendizajes, la veo contenta y sin búsqueda de explicaciones.
- Karla. Mujer que decidió un divorcio con toda la conciencia y el amor para lograr mantener vínculos de crianza sanos para ella y su hijo. Lo ha logrado y nos enseña que hay otras formas de establecer distancias definitivas.
- Cris. Mujer que debió romper “los nuncas” para tomar sus propias decisiones. Descolocar lo conocido para vivir su presente. Romper vínculos y tenerse paciencia para esos procesos de paz que hoy transita. Está bien, y estará mejor.
- Brenda. Madre autónoma de una hija de cuatro años. Un trabajo de dobles o triples jornadas. No se rinde, con sueño y agotamiento participa todo el tiempo que le es posible de la crianza que ella ha asumido a integralidad. Está lejos de su hogar materno, así lo ha decidido con todos los retos que ello implica… ¡Cuánto le admiro!
- Elizabeth. Mujer experta en la atención clínica a mujeres en diversos contextos, en particular en procesos de violencia y duelo. Siempre dispuesta a tender redes de apoyo a otras, lo hace desde el profesionalismo y el discreto silencio. Poseedora de una capacidad de amar y estar para sus afectos difícil de encontrar.
- Pati. Mujer que en estos instantes atraviesa por esa crisis y conflicto que nos es ajeno a muchas ¿estoy dándolo todo? ¿soy capaz de hacer mi trabajo? ¿debo dedicarme a mi hijo que me necesita? El síndrome de la impostora que duerme y despierta en cada una en distintos momentos. Ella es una profesionista capaz, tengo la certeza de que tomará la mejor decisión. Así he aprendido de ella, levantarse cada vez que sea necesario.
- Meli. Mujer que ahora mismo vive la gestación de su segundo hijo. Mujer sonriente, cálida, la mejor para hacer redes con otras mujeres. La organizadora de los planes para generar tribus, madre de Milos y compañera de Leo. Tiene tiempo para todo, incluso para atravesar sus miedos y emociones en el presente embarazo. No ha decidido donde nacerá su hijo o hija, está decidida a apropiarse de su cuerpo y maternidad.
- Ale. Mujer que forma a Emi y Theo fuera de su país. Decidió hacerlo por razones “de mantener a la familia unida”, no le resulta sencillo. Le acompaña la nostalgia, la adaptación en cada regreso y la pregunta que permanentemente debe de silenciar ¿esto es lo que quiero hacer? Mujer inteligente, divertida y maravillosa al momento de nombrar. Tengo la sospecha que no ha identificado lo fuerte y talentosa que es.
Es sábado 8 de marzo ¡ya es 2025! Y hoy tenemos también mucho que nombrar. Una fecha que desde su antesala le acompañan varias emociones, sentimientos y energías. La esperanza, la frustración, el conflicto y la nostalgia se hacen presentes. ¡Otra vez es 8 de marzo!
En mi genealogía feminista hoy les nombro a ellas, lo seguiré haciendo con otras, con todas las que pueda y deba. Si algo he aprendido de los feminismos es a reconocernos, en lo individual y en lo colectivo.
De las mujeres que hablamos cuando hablamos de mujeres grandes son las que están al lado de nosotras, las que ahora mismo nos sostienen en una cotidianidad y eso, no es un asunto menor, lo es todo.
Gracias, es 8M y este día también nos pertenece desde la memoria, la gratitud y el compromiso con las otras: las nuestras.