Así como al movimiento de 1810, se le denomina Independencia; al de los años de 1857 a 1867, se le llama Reforma; y al de 1910, se le nombra Revolución; así también al estudiantil-popular de 1968, se le conoce ya como “2 de octubre no se olvida”.
Pues “2 de octubre no se olvida”, no solamente es una consigna que vándalos, cobardes encapuchados amparados en el anonimato invocan para causar daños a las personas, a los monumentos y a los edificios, principalmente de la Ciudad de México; sino que es una fecha que debe hacernos recordar un antes y un después de México.
Antes del 2 de octubre de 1968, el gobierno Federal reprimió los movimientos magisteriales y ferrocarrileros encabezados por Othón Salazar, Demetrio Vallejo y Valentín Campa, respectivamente, quienes fueron encarcelados acusados del delito de disolución social que se tipificaba con ideas y acciones que movilizaban al pueblo no autorizadas por las autoridades; y cuya libertad y derogación, respectivamente, fueron dos de los seis puntos petitorios del Consejo Nacional de Huelga, del 68.
De manera que a los obreros, a los campesinos y a las clases medias, no se les respetaban sus libertades públicas garantizadas por la Constitución, como son sus derechos de reunión, de libertad de expresión y de manifestarse en grupos exigiendo al gobierno ser respetados y cuando lo hicieron fueron reprimidos; pues ellos y sus familias dependían de sus salarios y del producto del campo; lo que los hacía controlables por el gobierno.
En cambio, a los estudiantes por ser adolescentes y jóvenes, en su mayoría idealistas, el gobierno no los podía controlar; de modo que cuando protestaron contra la represión policiaca y apoyaron a los trabajadores, cuyos dirigentes estaban presos, y le exigían fuera derogado el delito que utilizaba para encarcelarlos, las autoridades tuvieron que reprimirlos brutalmente cuando se manifestaron pacíficamente, terminando de masacrar algunos cientos de ellos el 2 de octubre de 1968.
El 2 de octubre no fue un hecho aislado en el mundo; pues también en Francia, en Checoslovaquia, y en otras ciudades, en ese 1968, hubo protestas estudiantiles-populares en contra de las represiones de sus respectivos gobiernos.
De 1968 a 2025, el gobierno ha respetado a los estudiantes que le exigen el cumplimiento de la ley y mejores condiciones de vida; sobre todo el actual; y hasta han abusado de esa tolerancia.