Política

¿Entrenados para ser antorchas…?

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La policía capitalina “está entrenada para no reprimir sino sencillamente para contener”, dijo la mañana del 2 de octubre la presidenta Sheinbaum. Los hechos de esa tarde demostraron que no se contuvo a nadie.

Con dedicatoria a la mandataria, la jefa de Gobierno y al secretario de Seguridad, la hermana de Karii Alencaster posteó el día siguiente:

“Ayer salió a trabajar como en todos sus turnos… pero ya no regresó a casa. Hoy está en un hospital, muy grave, con quemaduras por una bomba molotov. Los médicos no nos dan un resultado alentador. Mi hermana no ha matado a estudiantes ni cometido actos de violencia contra nadie. Al contrario: siempre ha estado ayudando a la ciudadanía durante casi 10 años de servicio. Ahora no sé si pueda volver a trabajar como antes, con ese entusiasmo y optimismo. Ya no volverá a sonreír igual… llevará una cicatriz de por vida. Es mentira que el secretario haya ido a verla, como aseguró en su comunicado. Para la institución solo son un número más. ¿Hasta cuándo dejarán a sus policías en el abandono? ¿De verdad creen que con un bono mi hermana estará bien? Les pido que me ayuden a compartir #JusticiaParaKarii #CDMX #Policía”.

Y acompañó el escrito con una fotografía de Karii postrada en un hospital.

La noche del 2 de octubre, el secretario de gobierno de CdMx, César Cravioto, responsabilizó a “la derecha” del comportamiento de los delincuentes del bloque negro que hirieron a 123 personas, 94 de éstas policías, vandalizaron, y saquearon comercios. Celebró que las y los policías “no cayeron en la provocación”, y se ufanó de que “aguantaron”.

Entre los que “aguantaron” está un policía que fue molido a patadas, otro que fue incendiado y presentó quemaduras hasta en las vías respiratorias, y Karii Alancaster.

Adiestrados para no responder, para no defenderse, para no ejercer el derecho básico a su “legítima defensa”, para ser humillados, pisoteados en su honor y amor propio; para ser golpeados y escupidos, son usados por la 4T como sacrificable carne de cañón.

El fantasma del 68 merodea en los miedos gubernamentales, sobretodo en el régimen “transformador” que ha tomado su criminal omisión de actuar contra los violentos como una falsa bandera “de izquierda”.

“Nosotros no reprimimos”. No, pero lo que tampoco hacen es aplicar la ley.

Su pasividad es una de sus herramientas contra “el pasado” para ocultar su irresponsabilidad

Aplicar la Ley no es reprimir. Nadie pide masacrar ni violar los derechos humanos de los criminales embozados, sino prevenir e impedir su salvajismo y que respondan ante la justicia.

La omisión de la autoridad es muestra de ingobernabilidad. Alimenta la violencia y fomenta la impunidad.

¿Y el derecho de la población pacífica, y de las y los policías, a quienes nadie les garantiza el ejercicio digno de su función?

¿Acaso su entrenamiento para “contener”, para “resistir”, para “aguantar” incluye aprender a convertirse, como Karii, en antorchas…? 


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Carlos Marín
  • Carlos Marín
  • [email protected]
  • Periodista con 55 años de trayectoria, autor del libro Manual de periodismo, escribe de lunes a viernes su columna "El asalto a la razón" y conduce el programa del mismo nombre en Notivox Televisión
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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