El 24 de mayo, día en que el joven Salvador Ramos disparó contra los alumnos de la escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, una de las víctimas, identificada como Jailah Silguero, estudiante de cuarto grado, le había pedido a su madre no ir a clases, según el diario The Daily Beast.
Faltaban dos días para el final del año escolar y su madre insistió en que fuera a la escuela. “Jailah no quería ir a la escuela”, dijo su abuela Linda Gonzales en entrevista con el medio estadunidense.
Veronica Luevanos, madre de la menor de 10 años, supo que su hija se encontraba entre los 19 niños asesinados. Incluso se sabe que Jayce Carmelo Luevanos, primo de la niña, también murió en la masacre.
La abuela describió a ambos como “niños dulces y adorables". A Jayce, comentó, le encantaba hacer reír a la gente y a Jailah le encantaba bailar y estaba aprendiendo a grabar videos de TikTok.
“No tengo palabras. Creemos que esta es una comunidad pequeña, no puede suceder aquí, pero, Dios mío, está sucediendo en cualquier lugar”, expresó a The Daily Beast.
En Facebook, Verónica lamentó la pérdida de su hija. “Por qué, por qué mi bebé”, escribió.
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