Cientos de migrantes centroamericanos y cubanos continúan su camino por Chiapas hacia la frontera norte del país, luego de que el sábado partieron de la ciudad de Tapachula.
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Bajo el inclemente Sol, los migrantes han recorrido los municipios de Huehuetán, Huixtla, Villa Comatitlán y Escuintla.
A excepción de Huehuetán, los pobladores no les permitieron pernoctar y descansar dentro de estas ciudades debido a que señalaron que las caravanas anteriores realizaron actos vandálicos, por lo que han dormido a orillas de la carretera.
A cuatro días de caminata, el desvelo, el hambre y el cansancio empezaron a hacer estragos. Se observa en los rostros cansados la desesperación de querer llegar pronto a su destino.
Mujeres desmayadas a causa de la insolación, niños descalzos sufriendo por las ampollas causadas por el largo caminar, deshidratados y muchas veces sin comer.
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Los migrantes señalaron que no han recibido ningún tipo de ayuda humanitaria de parte del gobierno mexicano, que han sido olvidados y que los habitantes de los poblados les han dado la espalda.
A lo lejos, en la carretera, puede verse desfilar a hombres, mujeres, ancianos, niños y bebés en brazos y carreolas buscando un nuevo horizonte.
Las banderas de Honduras, Salvador, Guatemala y Cuba se hondean, así como gritos de júbilo se escuchan como una muestra de triunfo tras haber pasado la frontera de México.
A pesar del trayecto tan cansado, no claudican en su sueño de llegar a la Ciudad de México y de ahí hasta la frontera de Estados Unidos.
"Falta mucho por recorrer", dicen los migrantes, que mantienen el sueño de llegar a Estados Unidos.
RLO
