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Apiterapia, alternativa que cambia la calidad de vida de los laguneros

Las picaduras de estos insectos se han convertido en una opción terapéutica que ha mejorado la calidad de vida de muchas personas.

Luz María Díaz se libró de una operación en las cervicales luego de recibir una de las técnicas de la llamada apiterapia. El dolor que la inmovilizaba y la incapacitaba se diluyó conforme recibía este peculiar tratamiento en el que se recibe el veneno de las abejas tras incitarlas a picar.

Sin embargo, años después recibió el diagnóstico de un tumor maligno en la cabeza que era inoperable. Fue momento de volver a un tratamiento alternativo y sabía a quiénes acudir, pequeños seres indispensables en el medio ambiente, pero también en las personas a las que clavan y dejan su aguijón.

Como resultado, los estudios arrojaron que el tumor se había encapsulado y que había mejoría en su salud, sobre todo en su actitud y calidad de vida, lo que atribuye al efecto de la apiterapia que tomó a la par de los tratamientos médicos como las quimioterapias y algunas cirugías robóticas. Las abejas han sido sus aliadas para enfrentar sus achaques.

“Desde la primera aplicación me sentí mucho mejor, sentí que desaparecía lo duro que tenía en mi cabeza, también el dolor. Con las quimioterapias bajaba mucho mi energía, me sentía muy cansada, y con las abejas me mantengo más activa. Recibí pequeñas cirugías robóticas y con la ayuda también de la apiterapia el tumor se encapsuló. Yo le tengo mucha fe a los piquetes de abeja, representan mejoría y bienestar en mí”.
Las picaduras de las abejas se han convertido en una opción terapéutica que ha mejorado la calidad de vida de muchos laguneros.
La vida de una abeja se pierde para que una persona encuentre mejor salud. (Verónica Rivera)

Labor de apiterapeutas

La señora Díaz acude cotidianamente con Javier Duarte, apicultor que durante más de 20 años aplica en Torreón esta técnica milenaria. Ha sido testigo de cómo la vida de una abeja se pierde para que una persona encuentre mejor salud y mejore su calidad de vida, una labor como apiterapeuta en la que cree necesaria la profesionalización y la capacitación.

El especialista considera que, para ser eficaz esta técnica, es esencial que el aplicador conozca los puntos específicos de afectación para la correcta aplicación del veneno de abeja, llamado apitoxina, que a su vez se compone principalmente de melitina y de fosfolipasa A2.

“La apiterapia es una alternativa muy seria y muy eficaz que utiliza la apitoxina de las abejas, que contiene su veneno, para el tratamiento de muchas enfermedades. Esto cura siempre y cuando la persona que las va a aplicar conozca las zonas; si no se conocen las zonas, posiblemente no sea eficaz”, comenta.

En su experiencia, la apiterapia con veneno de abeja es buena principalmente para la artritis reumatoide, pero también ha visto resultados con la esclerosis múltiple, la lumbalgia, nervio ciático, tendinitis, migraña, insomnio, el túnel carpiano o problemas con el nervio trigémino, que aun cuando la medicina dice no tener cura, opina lo contrario tras aplicar abejas.

Por su parte, José Luis Reyes es otro de los apiterapeutas laguneros que tiene vasta experiencia en aplicar picaduras de abejas para cambiarle la vida a miles de personas. Es el encargado de un programa de apiterapia gratuita del Centro de Terapias Alternativas y Orientación a la Salud (CETAOS) en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN).

Las picaduras de las abejas se han convertido en una opción terapéutica que ha mejorado la calidad de vida de muchos laguneros.
La apiterapia con veneno de abeja es buena principalmente para la artritis reumato. (Verónica Rivera)

Con casi 50 años como apicultor y poco más de 40 como apiterapeuta, comparte que la picadura de abeja puede tratar padecimientos que, para la ciencia médica, son incurables. Además de tratar los padecimientos comentados, dice que es posible curar enfermedades del sistema autoinmune, la fibromialgia, el lupus o problemas de la columna vertebral, como las hernias de disco.

“La apiterapia se parece al principio homeopático de tratar los iguales con los iguales, es decir, si una zona está inflamada, se aplica un piquete que inflama, como en la artritis o la inflamación del nervio ciático; al mismo tiempo, el veneno de abeja es anestésico y quita el dolor. Es una satisfacción ver que sí funciona”.

También ha sido testigo de cómo mejora la condición de personas con migraña o dolor localizado, y hasta el párkinson, parálisis facial, trombosis, células cancerígenas y secuelas por ictus. Cada martes, miércoles y jueves, acuden al CETAOS entre 60 y 70 personas con una historia que contar sobre los beneficios del veneno de las abejas.

Al igual que el apiterapeuta Javier Duarte, coincide en que, a pesar de que hay opiniones divididas, hay hasta médicos que no les importa que sea una ciencia homeópata. Y aunque no hay base científica que compruebe su efectividad, cada testimonio que afirma salvar su salud al aplicarse, es una prueba innegable.

Las abejas salvaron su pierna

Hace un par de años los médicos de Alma Rosa Guzmán le dieron la noticia de que, por su trombosis en la pierna izquierda, era necesario amputar su extremidad, lo que consideró como un diagnóstico agresivo. Por recomendación, optó por acudir al CETAOS y empezó su tratamiento con abejas, lo cual le salvó de perder su pierna y, además, controló la trombosis.

“Ya tengo dos años de venir y actualmente no tomo ningún medicamento para la circulación. La apiterapia no es magia, pero sí es una maravilla. Ya no he presentado problemas de trombosis. Cuando he ido con los doctores, me dicen que el problema está controlado, que se estancó. Mi coloración en la pierna cambió y siento mucha mejoría”.

Lilia Álvarez es médico cirujano y tiene dos años de acudir a esta terapia alternativa con el ingeniero Reyes, como lo conocen. Llegó al CETAOS después de padecer problemas de fusión de vértebras en la columna y padecer del túnel carpiano. Probó el veneno de abejas y la vida le cambió al quitar la inflamación y el dolor al grado de no requerir medicamentos.

Las picaduras de las abejas se han convertido en una opción terapéutica que ha mejorado la calidad de vida de muchos laguneros.
No hay base científica que compruebe su efectividad. (Verónica Rivera)
“La verdad, al principio no creía mucho porque soy médico, pero cuando probé las abejas todo cambió, se me quita cualquier inflamación que tenga y también el dolor. De hecho, no tomo ningún medicamento, incluso me ha evitado que entre a más cirugías. Además, aquí he visto testimonios de personas que ya no caminaban y ya lo hacen sin ayuda”.

De igual manera, el joven Daniel Santos padece lupus eritematoso sistémico y desde el año 2012 acude a la apiterapia. “Me ayuda mucho ya que mis plaquetas salían muy bajas o muy altas, y veo que con esto se me regulariza. Me hace sentirme muy bien, más activo y con energía, hago deporte. Desde el 2023 no he requerido acudir con un médico”, comparte.

José Luis Reyes indica que entre más temprana edad, mayor es la eficacia. Como ejemplo, han tenido la visita de un niño de 4 años de edad con artritis, y con una picadura por semana, a los 4 meses ya estaba curado y no había rastro de la enfermedad. Luego, una niña de 8 años de edad que padecía migraña se curó a las pocas sesiones.

Más de 4 mil expedientes en el CETAOS

En su experiencia como encargado de la apiterapia en el CETAOS, desde 2011 a la fecha estima que tienen el registro de alrededor de 4 mil expedientes de nuevos usuarios, de los cuales la mayoría son mujeres. “Por cada hombre que viene a la terapia, acuden dos mujeres, posiblemente sea porque la mujer tolera más el dolor; además, son constantes”.

“Soy apicultor desde 1977 y en 1983 empezamos a aplicar las abejas, primero en la casa con amigos y familiares con mis propias abejas. Creo que todos tenemos la obligación de ayudar a nuestra comunidad en la medida que podamos. Aquí viene gente de todos los estatus económicos; si cobráramos, muchos no podrían adquirir su tratamiento como debe ser”.

Las picaduras de las abejas se han convertido en una opción terapéutica que ha mejorado la calidad de vida de muchos laguneros.
El apiterapeuta Javier Duarte comparte que no recomienda esta terapia a personas que tengan problemas de hipertensión o diabetes. (Verónica Rivera)

¿Y los alérgicos?

El apiterapeuta Javier Duarte comparte que no recomienda esta terapia a personas que tengan problemas de hipertensión o diabetes, menos a quienes pueden ser alérgicos al veneno de abeja, por lo que cuenta con certificaciones que lo respaldan.

“Primero se les pregunta si les ha picado una abeja y requirieron ir al doctor. Lo más grave es que se cierren las vías respiratorias o problemas anafilácticos, pero yo cuento con ampolletas de adrenalina para aplicarse mientras se llega al hospital. Debemos estar preparados por si ocurre una alergia. Debemos tomar cursos de primeros auxilios porque recae responsabilidad”, añade.

Datos:

¿Qué es la apiterapia?

La apiterapia es una práctica de la medicina alternativa que utiliza productos derivados de las abejas con fines terapéuticos, entre los cuales están la miel, el polen, la jalea real,

¿Qué contiene el veneno de abeja o apitoxina?

El veneno de abeja o apitoxina es una sustancia compuesta por proteínas y enzimas que entre sus componentes más importantes está la melitina, que representa más de la mitad de los componentes del veneno, junto con la fosfolipasa A2.

Desde 2018, el Laboratorio de Cambio Climático y Conservación de Recursos Naturales estudia la actividad apícola en la zona.
El veneno de abeja o apitoxina es una sustancia compuesta por proteínas y enzimas. | Verónica Rivera

Principales enfermedades que trata la apiterapia

  • Artritis reumatoide
  • Esclerosis múltiple
  • Lumbalgia
  • Nervio ciático
  • Tendinitis
  • Migraña
  • Insomnio
  • Túnel carpiano
  • Nervio trigémino
  • Fibromialgia
  • Lupus
  • Parálisis facial
  • Problemas de columna
  • Dolor localizado
  • Parkinson
  • Trombosis
  • Células cancerígenas
  • Secuelas por ictus
  • Inflamación
  • Problemas de piel
  • Enfermedades reumáticas

Historia de la apiterapia

Aunque se dice que la apiterapia tiene raíces en culturas antiguas como la griega, egipcia y china —donde hay indicios de que se usaban la miel, el polen y el propóleo con fines medicinales—, en la era contemporánea existen estudios que documentan el uso del veneno de abeja desde finales del siglo XIX, en investigaciones sobre su efecto en enfermedades reumáticas.

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