Dos figuras fundamentales de la fotografía mexicana contemporánea, Maritza López y John O'Leary, fueron galardonadas este viernes en el Museo Nacional de Antropología, con la Medalla al Mérito Fotográfico 2025. Sus trayectorias, forjadas con talento, compromiso y una mirada única, representan la riqueza y diversidad de la imagen como testimonio vivo de nuestras raíces, historias y comunidades.
Maritza López, con humildad y orgullo, compartió la pasión que la ha acompañado desde sus primeros pasos en el mundo de la fotografía. Con palabras emocionadas, confesó:

"Me siento como ganando el Oscar. Empecé muy joven y siempre me he caracterizado por una gran versatilidad que a veces no fue bien vista, pero siempre trabajé con respeto y sensibilidad. La fotografía, cuando nace del corazón, trasciende el instante".
Relató su trayectoria desde la danza con Guillermina Bravo, su trabajo en Cuba y Nicaragua, hasta su época de esplendor en las revistas mexicanas de los setentas, donde fue una de las pocas mujeres fotógrafas. Habló también de los obstáculos, la censura y los momentos de silencio, pero siempre manteniendo viva la creatividad y el compromiso con la imagen como medio de expresión. "Debemos apoyar y admirar a la Fototeca Nacional, porque en ella se conserva la mirada visual de nuestro país", agregó con gratitud.
John O'Leary recordó con emotividad que la fotografía es más que imágenes: "Somos una familia, una comunidad que ha crecido junta, compartiendo vivencias, aprendizajes y sueños".
Profundamente ligado a la región choluteca, expresó: "Mi obra revela el alma de pueblos, tradiciones y espacios que han existido por milenios. A través de mi fotografía, espero dejar a las generaciones venideras un legado visual del pasado que a mí me tocó vivir".
Consciente de sus raíces y maestros, agradeció a las comunidades que lo han acompañado y subrayó la importancia del trabajo en equipo. "El Encuentro Nacional de Fototecas es un evento que esperamos cada año, donde nos reunimos como esa gran familia".
En el marco de la 26 edición del Encuentro Nacional de Fototecas, el maestro Juan Carlos Valdés Marín, director del Sistema Nacional de Fototecas, destacó la importancia del evento como un espacio donde convergen la memoria, la historia y el arte de México a través de la fotografía.
"Cada fotografía es mucho más que una simple captura del tiempo; es una cápsula que nos transporta al pasado, nos ayuda a comprender el presente y nos inspira a imaginar el futuro".
Asimismo, señaló que el reconocimiento a Maritza López y John O'Leary simboliza ese puente entre sensibilidad artística y rigor documental, reafirmando el compromiso de preservar la fotografía como un legado vivo que ilumina nuestra identidad cultural.
Acompañado de la antropóloga Beatriz Quintana Hinojosa, coordinadora nacional de difusión, y Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología, el funcionario precisó que este encuentro no es solo una reunión anual, sino un faro de conocimiento, inspiración y acción, un homenaje a quienes mantienen latiendo el corazón visual de la memoria colectiva mexicana.
Recordó que cada fotografía es mucho más que una simple captura del tiempo; es una cápsula que nos transporta al pasado, nos ayuda a comprender el presente y nos inspira a imaginar el futuro. Las fototecas mexicanas son guardianes de ese patrimonio visual que abre ventanas a rostros olvidados, paisajes transformados y eventos que han moldeado nuestro país. Su labor no es solo técnica, es una vocación profunda que da sentido y vida a nuestra historia compartida.
El reconocimiento a fotógrafos emblemáticos como Maritza López y John O'Leary simboliza la relación entre la sensibilidad artística y el rigor documental. Maritza, con su versatilidad y trayectoria que abarca desde la danza hasta el reportaje en escenarios internacionales, es un ejemplo viviente de cómo la fotografía nace del corazón y trasciende el instante.
Este encuentro es mucho más que una reunión anual, se enfatizó, es un espacio de diálogo, inspiración y colaboración donde la academia, la investigación y la conservación se entrelazan para asegurar que las imágenes no se queden ocultas en archivos, sino que fluyan hacia la sociedad, despertando reflexión, sentido de pertenencia y diálogo. La fotografía es una herramienta poderosa: comunica, emociona, une y preserva las verdades que nos definen.
En dicha ceremonia se celebró el legado vivo de la fotografía en México y la preservación del patrimonio fotográfico con la finalidad de compartir este tesoro visual con las nuevas generaciones. Extendiendo la gratitud a todos quienes trabajan incansablemente en fototecas, archivos y espacios culturales para conservar, difundir y acercar a la sociedad a estas imágenes que comunican, emocionan y unen a las generaciones.
PCL