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Filma la cultura de México a través de su basura y sonidos

‘Recyclers’ es el título de cortometrajes de la austriaca Nikki Schuster, donde conjuga los desechos y ruidos de distintas ciudades con el poder de su creatividad.

Un enorme cascabel negro, un dedal, un tenedor de plástico y unos guantes de látex surgen en la pantalla para dar vida a un mariachi bonachón; luego, aparecen animados con distintos materiales un organillero, la compradora de fierro viejo y el camotero, todos como parte de los personajes de la lotería urbana que la artista austriaca Nikki Schuster ha capturado en Recyclers México.

Mediante la animación y el stop motion, Nikki convierte en cortometraje la basura que recolecta y los sonidos que captura. Su trabajo, que ella define como abstracto, en realidad apela a la identidad de cada país, que se puede apreciar incluso en sus residuos y sus sonidos.

“Todos usamos plásticos, así que esas botellas existen en todo el mundo, pero me fijo que en lugares como México y Taipei hay mucho color. Todavía tengo las colecciones (de basuras) y en la de México hay mucho rojo, basura roja y amarilla, como colores muy vivos; eso también pasó en Taipei, era mucho color, en cambio en Berlín mucho gris y así en cada ciudad ha sido diferente”, cuenta la creadora.

Reciclaje creativo

Nikki fue una niña seria, pero cuando veía caricaturas como Tom y Jerry se enfurecía porque se preguntaba quién se encargaría de levantar el desorden provocado por la incansable persecución del escurridizo roedor. Varios años después, su proyecto más importante como artista visual consiste tal vez no en limpiar el basurero que la especie humana deja por las calles, pero sí en darle orden e identidad a eso que no falta en una ciudad: ruido y desechos.

“Yo empecé con vídeo experimental y me interesé por la animación, pero no sé dibujar y tampoco me importa contar una historia como hace la animación clásica, siempre hice cosas más experimentales y trabajé con objetos, una vez hice una película de puras plantas y después con objetos de metal, y en un punto dije ¿qué puedo usar ahora? La respuesta fue: puedo recurrir a todo y así llegó esta idea de utilizar basura”, cuenta la austriaca que siempre lleva consigo una bolsa lista para colectar algún desecho “interesante”.

Sus Recyclers surgieron en 2010 en Paris, luego vino Buenos Aires, Berlín y Taipei. Fue este cortometraje de la ciudad China el que la trajo a México en 2013, para participar en la competencia internacional del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF). Aunque ella ya había estado en México años atrás, esta era la primera vez que venía como creadora, así que una vez aquí decidió el destino de su siguiente “reciclador”.

El episodio mexicano de este proyecto tuvo que esperar un par de años, pero en enero y febrero de 2016, gracias a una residencia para artistas otorgada por el Foro Cultural de Austria, Nikki pudo regresar a México para recorrer sus calles y conocerlo a través de su basura. Ahora, luego de varios meses de trabajo y diversión en su estudio en Berlín, Schuster está de vuelta para presentar el resultado final.

México análogo

El espiral de un foco ahorrador de luz se convierte en la campana que anuncia al camión de la basura, pequeños engranes de plástico sostienen a este tambaleante personaje que atrajo la atención de Nikki Schuster.

“En Taipei también hay un coche que pasa en las calles pero tiene una melodía grabada y la gente la reconoce —cuenta la artista radicada en Berlín—; el sistema es exactamente como aquí, pero aquí es muy análogo porque un hombre camina con su campana.”

Aunque la materia prima de estos recicladores es la basura, el sonido es la columna vertebral: “Para mí primero es escuchar los sonidos que grabo y ver qué es típico de la ciudad; después de eso me da para hacer una pequeña historia e interacción con estos sonidos. México fue muy bueno para esto, mi sonido favorito fue el camotero porque nunca en el mundo lo había escuchado, conozco bien América del Sur pero el camotero solo existe aquí”.

El sonido ahogado que emana el carrito camotero cautivó a esta curiosa profesional, pero en una lectura más “profunda” de los ruidos chilangos, los vendedores roban su atención “en otros países casi todos usan un instrumento para llamar la atención, como aquí el afilador que usa esta especie de flauta, veo que aquí todos usan su voz y a veces pienso que deben estar muertos en la noche; los veo en el Metro y en las calles y digo, qué energía”.

Nikki aún no sabe adónde la llevará su siguiente Recyclers, por ahora, la espera un taller de animación experimental con niños en Chenalhó, Chiapas, una incursión a la Galería José María Velasco en el Barrio Bravo de Tepito para compartir su talento de transformar desechos en personajes, a la par de un nuevo proyecto sobre texturas que nació en su viaje por México.

“Estoy viajando en el desierto, en las montañas, México tiene todo en la geografía y yo busco texturas, de plantas, animales, huesos, cosas que encuentro en el camino”, confiesa Nikki que a diferencia de cuando era una niña, ahora parece divertirse con el tiradero.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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