Hay imágenes que no se dejan mirar, sino que devuelven la mirada. Algunas, incluso, parecen preguntarnos quiénes somos, qué buscamos, hacia dónde estamos pedaleando. Esas son las fotografías de Alejandro Hezari, el joven creador jalisciense que presenta Experiencias de libertad, su primera exposición individual, en un espacio que ya por su nombre anuncia el viaje: el Santuario de la Bicicleta, ubicado en el corazón del barrio de El Santuario, en Guadalajara.
La muestra, que podrá visitarse de junio a septiembre de 2025, reúne una serie de obras fotográficas que no sólo exploran la estética de lo cotidiano, sino que parecen brotar de una necesidad más íntima: la de mirar el mundo como quien entra a un templo, con asombro y con preguntas. Hay en ellas un impulso místico, una alquimia visual donde naturaleza, espíritu y memoria se cruzan para construir una forma de libertad visual y emocional.
El curador de la exposición, Francisco Javier Ibarra —crítico de arte y director de Artes de Occidente—, lo resume así: “Hezari nos invita a levantar la cabeza y contemplar el firmamento, a descubrir los secretos naturales y emocionales en el campo y la urbe, a no tenerle miedo al propio lenguaje en cada palabra y en cada imagen, a vivir y a crear en nuestros propios términos”.
Con fotografías en blanco y negro, sepia y a color, la exposición propone una navegación por esos “multiversos cotidianos” que el artista ha capturado con una sensibilidad que escapa al ruido de las modas y se instala en el silencio de lo esencial. Son imágenes que no buscan la explicación, sino sugerencia. Que no dictan, sino provocan.
Instalado en el número 466 de la calle González Ortega, esquina con Manuel Acuña, el Santuario de la Bicicleta abre sus puertas de lunes a sábado en dos horarios: de 9:00 a 12:00, y de 17:00 a 22:00 horas. La entrada es libre, pero la invitación es profunda: mirar de otra forma, detenerse, respirar. A lo mejor —como susurra cada una de estas fotografías— la libertad también empieza en el acto de mirar.
SRN