Cuando este espacio abrió sus puertas en el 2010, en la colonia Condesa, ya existía una sobreoferta de lugares nocturnos. "¿Un bar más?", se preguntaban quienes deambulaban por los rumbos del Edificio Plaza Condesa donde este pequeño lugar se encontraba.
Pero a casi una década de su fundación, el bar Caradura demostró no ser un lugar más. A los pocos meses se convirtió en un espacio esencial para agrupaciones de reciente creación, pero también para algunas ya consagradas.
Sus escasos doscientos metros cuadrados hacían de los recitales una experiencia de intimidad. Y sus administradores fueron por todo: decidieron contratar incluso a músicos extranjeros que se presentaron en su pequeño foro como los californianos Eagles of Death Metal y The Growlers. La banda electrónica australiana Miami Horror, los canadienses Japandroids, el trío alemán de rock duro Kadavar y los noruegos que interpretan rock indie, Kakkmaddafakka.
Pero sobre todo el Caradura ofreció un espacio más al talento local y latino como Los Tres y Mon Laferte de Chile, Porter, Bengala, Meme de Café Tacvba, Ely Guerra, Monocordio, Lost Acapulco de México. En poco tiempo llegó a pelear al clásico Imperial, el cargo de foro de la Condesa que más apoyaba al rock.
La estética de la condesa buscaba semejar un garage y no era nada formal, pese a que los viernes solían programar música electrónica. Siempre tenían mezcales de oferta y el ingreso a las noches en que había música en vivo, estaba por debajo de los precios que se manejaban en la zona. Para evitar que su concurrencia tuviera que bajar a fumar ante las prohibiciones que la ley imponía, el Caradura, atendido por meseros con máscara de luchador, contaba con una terraza para fumadores.
Casualmente el julio del 2018 también cerró el bar Imperial luego de una década de funcionamiento. Hoy tocó el turno de otro habitual de la colonia Condesa, el Caradura.
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— Caradura (@caraduramx) January 1, 2020
AE
