Donceles — Tras la posmodernidad
A la llamada posmodernidad, Gilles Lipovetsky la ve como un narcisismo exacerbado. Fin del homo politicus y nacimiento del homo psicologicus. De la terapia personalizada al fisicoculturismo y al cultivo de la eterna juventud. Todo en función del inidividuo. Nada por la comunidad. De pronto el encierro. El tedio se posa sobre el individualismo. Harta. Queremos volver a la comunidad. Botar el espejo y buscar el abrazo.
Carlos Puig — Día 45: Pretender aprender o una propuesta viable
La semana pasada reproduje aquí lo que me dijo Manuel Gil Antón: las casas no son escuelas ni los papás maestros. Ayer, en Botepronto, la doctora Blanca Heredia añadió algo que me parece fundamental: los niños tampoco quieren que sus papás sean los maestros. La cito: “Tenemos que ser claros: esto no se trata de transición a alguna modalidad de educación a distancia, estamos hablando de educación a distancia en condición de emergencia; esto hace una enorme diferencia. Estamos en medio de una crisis global que está afectado nuestras vidas 360 grados; la vida de las familias de la misma manera…Para los niños y para los jóvenes el confinamiento, tener que aprender o pretender aprender en casa, también puede generar muchas tensiones; hay desde luego una enorme variedad de situaciones pero en términos generales, para el caso mexicano conociendo todos nosotros las características de la población podemos suponer que una gran mayoría de familias lo estén pasando realmente mal.”
Diego Enrique Osorno – ¿Qué espera Calderón?
Cuando Genaro García Luna fue arrestado y encarcelado por el gobierno de EU para ser sometido a juicio en Nueva York, bajo la acusación del fiscal Richard P. Donogue de “recibir millones de dólares del Cártel de Sinaloa mientras controlaba la Policía Federal mexicana y era responsable de la seguridad pública en México”, el ex presidente Felipe Calderón emitió una declaración en la que aseguraba desconocer las acusaciones contra el colaborador clave de su gobierno. “Espero que se realice un juicio justo y de confirmarse las imputaciones, se aplique la ley”, comentó en su primera reacción el exmandatario que buscó forjar su imagen presidencial como la de un gobernante implacable contra la criminalidad.Desde entonces ha pasado medio año y muchas controversias sin que el ex presidente se deslinde por completo ¿Qué espera el expresidente para condenar a plenitud la detención de su secretario de Seguridad?, ¿lo hará algún día?
Héctor Aguilar Camín — En el ojo del huracán
Hay una discusión en todo el mundo sobre la calidad de las mediciones de la pandemia. Vistas de cerca, ninguna de las mediciones es aceptable. Pero hay mediciones y mediciones. La mexicana es particularmente impugnable. Estamos llegando a no saber aquí ni qué se ha medido, ni qué se está midiendo. La voz oficial nos dice que estamos camino al pico de la pandemia, de infecciones y de muertos. Nos dice también que va siendo hora de abrir las puertas y salir a la normalidad. No tiene coherencia una cosa con la otra. Mejor dicho: así como no tenemos claridad sobre lo que está sucediendo con las infecciones, pues nuestra medición es comprobadamente deficiente, tampoco hay indicios claros de que el gobierno tenga un plan cuidadoso para poner fin al distanciamiento social y reabrir la economía.
Joaquí López-Dóriga — Falta el López-Gatell de la crisis financiera
En lo sanitario dicen que están aplanando la curva de la pandemia, pero no he escuchado decir que están deteniendo la caída libre de la economía que, es cierto, es producto de la crisis sanitaria En la reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México del pasado día 21, su mayoría, dice la minuta, consideró que derivado de la pandemia se proyectan caídas de la actividad económica no vistas desde la depresión de 1929, lo que de ser así será peor, pues entonces el mundo no estaba globalizado como hoy. No hay nada que agregar. El desplome económico es inevitable y profundo, más devastador que el covid-19 y sin que haya un doctor López Gatell para el sector financiero, que por lo menos dé la cara y explique.
Fernando Escalante — Una política para Norteamérica
Muchas de las críticas que se hacen a quienes forman el gobierno están mal encaminadas. Suponen que su intención sería que el país volviese a la normalidad cuanto antes pero no saben cómo conseguirlo, por ignorancia o por falta de información. No me parece razonable. El proyecto regeneracionista es bastante claro, y sobre todo consistente, la catástrofe sólo contribuye a resaltar algunos de sus rasgos. No se trata de volver, sino de avanzar. El anuncio para las clases medias y las empresas es transparente: lo único sustantivo que ofrece es el tratado de libre comercio. Significa que para ese sector la recuperación dependerá del mercado de Estados Unidos, y que no puede esperar otra clase de apoyo. Es hacer de la necesidad, virtud: aceptar el hecho histórico (demográfico, productivo, cultural, político) que es América del Norte, y reconocer formalmente la función que cumple el aparato político de la porción mesoamericana (acaso con demasiada fe en el poder de los EU, como siempre la izquierda, pero esa es otra cosa). Por eso no hay ninguna definición de política económica.
Epigmenio Ibarra — Yo lo acuso, Felipe Calerón
Alegar inocencia, decir que no sabía lo que su brazo derecho hizo durante 6 años, argumentar que no estaba enterado de la forma en que su amigo -con el que siguió teniendo relación- creó empresas de seguridad, de inteligencia, de medios, compró bienes raíces en EU y en México a lo largo del sexenio de Peña Nieto, atenta contra la razón. Me parece, señor Calderón, que sus afanes golpistas tienen que ver con esto: le urge el fuero. Por eso buscaba -usando a su esposa- la reelección, por eso hoy aprovecha la epidemia para intentar derrocar a Andrés Manuel López Obrador. Necesita desesperadamente volver al poder para tener algo que ofrecer a Washington. De omisión criminal o de complicidad con Genaro García Luna habrán de acusarlo -eso espero- los norteamericanos. Yo, por mi parte, lo acuso de perpetrar un crimen de lesa democracia.
Guillermo Valdés — Opacidad ¿para qué?
Los números del covid-19 en México son un misterio. El mismo subsecretario López Gatell se ha encargado de que así sea. Hay tres razones que hacen pensar en que la estadística que nos presenta diario a las 7 de la noche no son la realidad. La primera razón es la cantidad de centros de salud de donde toman la información. La cifra diaria da cuenta únicamente de los casos confirmados mediante pruebas diagnósticas en algunos de los hospitales del sistema de salud. ¿Y los demás cuántos son? No lo sabemos. Lo que sí es un hecho es que mientras no haya respuestas claras y convincentes a tres preguntas– a) ¿por qué mintió sobre el factor de expansión del modelo centinela? B) ¿Por qué lo desapareció sin dar una razón válida? y c) ¿Por qué se niega a incrementar la aplicación de pruebas diagnósticas?— la sospecha de ocultamiento crecerá y con ello la confianza en la autoridad del gobierno decrecerá en forma directamente proporcional.
Carlos Marín — Mano alzada o fiscalía general
En plena pandemia cualquier otro tema es menor, pero los hay tan relevantes que no deben pasar desapercibidos. El de Calderón-García Luna por ejemplo, sobre quienes llueven juicios anticipados y la eventualidad de que al ex presidente se le lleve a juicio penal mediante el sucio procedimiento de una tramposa “consulta popular”. La continuación de la intriga salió de nuevo ayer en la mañanera, incitada por otro farsante de los que comunicación presidencial permite la interlocución con el hombre más prominente y poderoso de México, Andrés Manuel López Obrador. A la insistencia en dar a García Luna por delincuente se sumó el ensalzamiento de una “periodista de investigación” inventora de falacias tan demenciales como que fue el Ejército, con su destacamento del 27 Batallón de Infantería en Iguala, quien comandó la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Gil Gamés — Memorias del coronavirus / XXIV
8:10 am. Ahg. Ujeh. Shssaz. Series de tres y cuatro o el ejercicio no sirve para nada. Venga. Ujjj. Ajmátova! Una nota de Eduardo Murillo en su periódico La Jornada informa que “el ministro Fernando Franco González Salas propuso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declarar inconstitucional la llamada ley Bonilla, con la que se modificó la Constitución de Baja California para permitir que el actual gobernador, Jaime Bonilla, extienda su mandato por cinco años, y no por los dos para los que fue electo”. El proyecto de resolución fue difundido entre los integrantes del pleno, quienes podrían votarlo la próxima semana, aunque hay varios ministros que plantean que este tema es muy relevante como para discutirlo en videoconferencia. Gil considera que nada convendría más a la democracia mexicana que darle un varapalo legal a Bonilla y devolverlo a los dos años para los cuales fue votado en las urnas. Pero nunca se sabe, diría el clásico: uno no sabe nunca nada.