Ciudad de México /
La justice Ginsburg, como integrante de un tribunal que durante siglos ha sido considerado como árbitro de la contienda y aislado de la política ordinaria es acusada de inmiscuirse en temas que no corresponden con su función constitucional. Por otro lado, Donald Trump, responde desde la arena de la política ordinaria, acusa a la jueza y, desde su ya infame actitud, le exige su renuncia.