Con 30 años de experiencia, y más que una maestra, un ejemplo de vida, así es la historia de Lourdes Berenice Ibarra Sánchez, maestra en la secundaria mixta número 15, José Vasconcelos, en Guadalajara.
En sus inicios relata cómo tuvo que compartir sus estudios de Radiología con cubrir horas en la misma escuela donde imparte hoy en día, 21 años después, asimismo menciona que luego del fallecimiento de su mamá se enfocó a sus horas de clase en la secundaria, por lo que su carrera quedó trunca.

“Yo estaba estudiando, estaba embarazada, interrumpí la carrera, fallece mi mamá y me ayudan a ingresar con mis documentos de Radiología. Solamente tengo seis horas y no doy clases en otro lado”, dijo.
De igual forma, la maestra de química menciona la importancia de hablar con los alumnos, el apoyarlos, el ser un referente para ellos y enseñarles no sólo la materia, si no sobre sus sentimientos y a ser buenas personas.
“Me gusta mucho dar química, pero también hablar con los alumnos sobre temas que les sirven, como es el bullying, enamoramiento, depresión, comunicación, amor a mamá, papá y la unión familiar, por eso días festivos les dejo de tarea expresar detalles a la familia, ya que ahora todo es en base a la tecnología”, comentó.
Por otro lado, Ibarra Sánchez comenta que a pesar de ser maestra desde hace 30 años, también ha tenido otros trabajos totalmente distintos a la educación, pero siempre realizándolos para sacar adelante a su único hijo, además de ser madre divorciada.
Pues además de la docencia Ibarra Sánchez tiene experiencia de recamarera, limpiando casas, planchando, recepcionista, cuidar enfermos, hasta sumar en su último trabajo en una tienda de abarrotes.
“Soy mamá divorciada, he tenido otros trabajos completamente distintos a la docencia, pero los he disfrutado mucho, los sé combinar y me sé entregar a mis alumnos”, mencionó.
JMH