Cultura

Soñar

  • Taller Sie7e
  • Soñar
  • Laura Olivia Hernández

¿Es posible imaginar una casa infinita? El viento se vistió de rojo, en las esquinas los vendedores ofrecían rosas, tulipanes holandeses, crisantemos. No era un día común sino especial, único, que llena el alma de los enamorados.

En la calle no había las risas cotidianas de los jóvenes; no observé, como antaño, cuerpos abrazados, revelándose a los límites, en las banquetas replegándose, sin pudor frente a los ojos de las buenas conciencias, de un mundo que los juzga. ¿Se mudaron los enamorados del barrio?

Pienso en un bosque de almendros, sus hojas púrpuras y verdes, un violín suspira notas, suaves, acompasadas, hechiceras. Se quedan suspendidas en el aliento, de una tarde tampiqueña.

La cabellera nocturna, de una chica, brillante vuela, desata admiración, caricias, puede tenderse en el césped, para sentir y nosotros; usted y yo, vivir con ella su juventud.

Así, disfrutamos la presentación de Donovan Carrillo en los Juegos Olímpicos de Invierno. Su cuerpo deslizándose, con el ritmo sensual latinoamericano que le dio Carlos Santana a “Mujer de magia negra”. Frente a los ojos universales, con una sonrisa que desarma al más amargo, nos regaló: sencillez, honestidad, gracia, unidad, grandeza. Breves minutos bastaron y brotó la verdadera esperanza, la auténtica, la que une fe y corazón. En momentos de tensión y trivialidad, cuando la intolerancia cultural aún existe, es refrescante salirse de todo este marasmo. Un click, un guiño amoroso, el tum tum de un tambor, el rasgar del lienzo al toque del pincel, los instrumentos del jardinero, las ollas de la cocina, el vuelo de las gaviotas, lo cercano, lo cotidiano, no lo vemos por estar perdidos, en batallas innecesarias.

Ya Segismundo nos ha dicho que la vida es una ilusión, una sombra, una ficción. Un instante perpetuo, diría Juan Jesús Aguilar que hoy 19 de febrero nació, allá en la calle Madero, muy cerca del Pánuco.

Sus versos cantan la feracidad de este puerto y nos invitan a gozar la vida: Tempranos los años / salíamos a tocar / a oler al mundo / sin recato / sin náuseas / Desde entonces / Vivir para cantar como nos plazca / no más… mirar / Sin sujetar al universo / Darle vueltas y vueltas sin parar. Carpe diem. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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