Cultura

Encender las luces

  • Taller Sie7e
  • Encender  las luces
  • Laura Olivia Hernández

¿Anida en la luz, la paz, la fe, la esperanza? Hay una efervescencia por adornar las casas, la ciudad, los templos. Es afuera lo que se viste, los contornos, los extramuros. ¿Y el interior cómo se engalana?

Estamos en espera de la celebración, como una flor que se abre y nos regala su perfume amoroso. Es tiempo de recibir a los amigos, a la familia que regresa a compartir, es la fiesta que añoramos como niños que escriben sus deseos en una carta. Nuestro amigo va a nacer, y desde su humilde pesebre, emanará una luz tan fuerte que traspasará fronteras y bosques, habrá armonía en la tierra por instantes y cada corazón será una nota sinfónica en el universo.

Con certeza un día después, la miseria de los miserables seguirá intacta, la injusticia y la soberbia también. ¿Tendremos que esperar 365 días para volver a sentir el resplandor interior de hermandad?

Cuando les pregunté a mis alumnos cómo se sentían para el regreso a clases presenciales, la mayoría contestó: felices y nerviosos. Una oscilación de sentimientos, que en general se presenta en cada nuevo proyecto de vida. Los surcos reciben semillas, algunas se transforman en frutos, unos llegarán a su meta otros no. Así, las barcas humanas navegamos a un destino sin saber a dónde encallaremos.

A veces buscamos un regalo especial, único, para las personas cercanas a nosotros. Dedicar un tiempo a ellos, platicando de sus gustos, tal vez escuchar un relato de su vida, de su niñez, la música que bailaban, es un obsequio más significativo, invaluable, perdurable en la memoria y en las sensaciones.

En muchos hogares estará la ausencia de un ser amado, sus latidos vagan en la Naturaleza, se han trasladado a nuestro corazón, ahí en su mágico torrente, vivifican añoranzas, alegrías, una fuerza que sostiene los días de nostalgia y Amor. Dice Pablo Neruda: “Me muero con cada ola cada día. Pero el día no muere, nunca, no muere. ¿Y la ola? No muere”.

En el firmamento hay sonrisas como diamantes, cantan sus versos para alegrar nuestro sendero. Son luces ancestrales que atenúan la melancolía. ¡Felices fiestas! Carpe diem. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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