Cuando niña, la chef Gabriela Ruiz le dijo a su mamá: “Mi amiga sabe a leche con anis”. ¿Pero cómo?, ¿la probaste?, preguntó ella. “No, pero cuando habla a eso me sabe su voz”, contestó.
Varios años después de tener problemas para dormir, Ruiz fue con un neurólogo. Durante su consulta le platicó sobre esta cosa extraña que le pasaba desde chica.
“Eso no está en tu imaginación, se llama sinestesia”, le dijo el doctor. “Contrario a la anestesia, que te quita toda sensibilidad, esta condición es la hipersensibilidad”. Esta palabra fue la primera herramienta que tuvo Gabriela para poder traducir todo lo que pasaba por su cabeza al escuchar música.
SONIDOS QUE SE SIENTEN
“El jazz sabe como a queso fundido, las rancheras son como chapulines, el rock sabe muy bien aunque no me gusta tanto escucharlo y hay música electrónica que me sabe a spray de pelo”, dijo Ruiz.
La música se siente y Gabriela Ruiz lo toma en cuenta a la hora de interpretar lo que escucha. Los sonidos alegres y nostálgicos tienen gamas de sabores distintos: vino blanco, cítricos y pescado, comparado con vino tinto, guisados con animales de caza y muchas especias.
Un día en elevador de la Torre Virreyes se encontró a Alex Syntek; animada, le preguntó si podía cocinarle su música. “Es que tu voz sabe a agua mineral con guasave y especias”, le explicó Ruiz.
Sin dudar un segundo, Syntek aceptó y ese fue el inicio de una nueva etapa culinaria para Ruiz. Ha cocinado la música de Monsieur Periné, Miguel Bosé y Lila Downs.
“La primera vez que lo hice estaba preocupada. No sabía si a lo que a mí me sabía su música le iba a hacer sentido a él, pero al final me fue platicando la historia de cada una de las canciones que le cociné y encontramos muchos paralelismos. Cuando cociné para Monsieur Periné, Catalina, la vocalista, lloró y todo fue muy emotivo”, platicó.
LA CUALIDAD DE LA COMIDA
Su fascinación con la cocina comenzó desde que era chica durante el divorcio de sus papás. “Mi mamá músico y mi papá ingeniero, nada más imagínate”, comentó.
Cuando sus padres discutían se llevaba a su hermana menor a la cocina y ahí le preparaba algo de comer. “Ahí fue que descubrí la increíble cualidad que tiene la comida para cambiarle el ánimo a las personas”, dijo Ruiz. “Sin importar si estás triste o enojado, la comida te lleva a hacer una pausa y te expone a un momento muy vulnerable. Por eso me encanta ver a la gente comer”, continuó.
Posiblemente, las personas pensarían que la cualidad más mágica de la chef es degustar sonidos y música, pero sobre todas las cosas, su gran talento es la capacidad de “ver lo que puede ser y no lo hay”.
Esa característica especial la hace tener una perspectiva única para relacionarse con los espacios, la gente y la comida que la hacen transitar por la vida con ligereza y curiosidad.
ESPECIALIDAD
LAS FAVORITAS
“Danzón No. 2” del compositor mexicano Arturo Márquez es su composición favorita desde hace tres años. Uno de los pendientes que tiene es cocinar la música que hace su mamá “ese va a ser un momento muy especial”.