Cirios, incienso, cantos y flores acompañaron este viernes el féretro delpadre Gerardo Zatarain , durante la misa de cuerpo presente celebrada en la parroquia San José de Torreón, donde fieles y sacerdotes se reunieron para pedir por el eterno descanso de su alma.
La ceremonia eucarística inició a las 16:00 horas, presidida por el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, junto con gran parte del presbiterio diocesano. En procesión, los sacerdotes acompañaron el féretro hasta el altar, mientras el coro interpretaba el canto de entrada “Caminaré”.

Familiares y feligreses participaron en la liturgia de la palabra y escucharon el Evangelio según San Mateo (25, 14-30). Durante la homilía, el obispo cedió la palabra al padre Miguel Ángel Cigarroa, quien, visiblemente conmovido, recordó con gratitud al sacerdote fallecido.
“Hoy huele a Zatarain”
El padre Cigarroa definió a Zatarain como “un hombre de Dios, un pastor bueno y fiel”, cuya vida dejó huella en la comunidad. Con anécdotas personales, recordó cómo lo acompañó en momentos de dolor y lo guió en su vocación sacerdotal.
“¡Hoy huele a Zatarain!, es decir, huele a entrega, a fe viva, a esperanza. Sus manos consagradas se desgastaron en la construcción del Reino, bendiciendo, sanando, consolando. Era un constructor de puentes, su risa y su cercanía hacían sentir a todos bienvenidos”, expresó.
Agregó que, además de su labor pastoral, el padre Zatarain disfrutaba la vida, el futbol y la música, siendo apasionado del Santos Laguna y de las reuniones de bohemia que compartía con amigos y feligreses.
Tras la homilía, los asistentes recibieron la comunión al compás del canto “Cara a cara”. Más tarde, la familia entonó un canto a capela, mientras el féretro era retirado del altar y colocado en la carroza, acompañado de himnos como “Hay ángeles volando”. La comunidad pidió por su eterno descanso y se anunció que este sábado se celebrará la misa exequial a las 13:00 horas en el mismo templo, seguida del depósito de cenizas en los nichos parroquiales.
“Nos expresó la locura de la fe”: Obispo
En entrevista, el obispo Luis Martín Barraza Beltrán destacó que el padre Zatarain fue un luchador que nunca dejó de sorprender pese a la enfermedad que enfrentó en sus últimos años.
“Transmitía la fe de manera testimonial, de corazón, encarnada. Ahora esas semillas que dejó en sus discípulos crecerán con más fuerza. Su testimonio quedará vivo en su ausencia”, dijo.
Finalmente, lo describió como un sacerdote alegre y carismático: “Nos expresó la locura sana de la fe, una fe alegre, fraterna y contagiosa, que no daba por perdido a nadie. Así lo recordaremos”.
edaa