Las familias deben encontrar nuevos rituales de despedida ante lamentables fallecimientos de personas amadas en tiempos de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19.
La tanatóloga Susana Dingler Gutiérrez recomienda reunirse virtualmente para decir adiós a quienes fallecen en medio de la crisis sanitaria por el coronavirus.
Hasta la semana pasada se permitían velorios de dos horas de duración con máximo 10 personas, acatando medias de seguridad como sana distancia y cubre bocas, pero advierte que en estos momentos no es posible realizar funerales independientemente de la causa del fallecimiento.
Susana Dingler considera que el proceso de la despedida es necesario, ya que los deudos pueden quedar incluso con interrogantes de si verdaderamente esa persona falleció. Su consejo es contactar con la realidad a través de reuniones remotas de despedida usando celulares o computadoras.
RITUALES VIRTUALES
“Una de mis recomendaciones es solicitar a la funeraria que grabe el féretro, con la intención de contactar con la realidad. No es morbo, sino un proceso para verificar lo sucedido, para que todos los familiares puedan desarrollar un ritual en donde a distancia se comuniquen y den un adiós. Se pueden unir en red en oración, según las creencias de cada familia”.
Catedrática en Ibero Torreón, la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Coahuila y la Escuela de Enfermería del Hospital Universitario de Torreón, estableció que en cada hogar es posible montar un pequeño altar con la fotografía de la persona que lamentablemente pierde la vida, acompañada con flores o veladoras, como sucede en el Día de Muertos como una forma de manifestar amor por parientes o amigos fallecidos.
Reconoce que despedirse sin velorio es un proceso sumamente difícil ante nuestra cultura, pero nos recuerda que la muerte siempre nos sorprende y es necesario pensar que esa forma de acompañamiento final será temporal.
DETONADOR DE SUICIDIOS
La pandemia puede ser un detonante de suicidios, admite la especialista para luego señalar que es parte del temor a morir en soledad, a concluir la vida asilado cuando la mayoría desea salir de la existencia con personas queridas su lado.
“Esos casos son los duelos más complicados ya que el suicida no solo acaba con su vida, sino atenta contra el círculo de su familia”, dice tras señalar ahí se enfrenta uno de los procesos tanatológicos más difíciles de superar.
La tanatóloga integrante de los equipo de la Clínica 16 del Seguro Social, del Hospital Universitario y del proyecto Casa del Alma, recomienda a quienes son cercanos a un enfermo por covid-19, escribir sus emociones, pedir perdón por algún conflicto, y hacerlo llegar por medio electrónico. Debe ser un mensaje lo más positivo posible.
Si el paciente está internado, solicitar comunicación por teléfono, ya que incluso escuchar la voz de sus familiares les fortalecerá.
Sobre la prevención del suicidio, Susana Dingler recalca que el amor y el acompañamiento son dos caminos para atender a quienes de alguna forma reflejan el miedo a la soledad y encontrar poco sentido a la vida, “un miedo que en esos momentos no es solo a enfermar, sino a los efectos de la crisis económica que ya se siente en muchos países”.
EGO