Quince años después de haber defendido por última ocasión la camiseta de los Tigres Blancos de la Universidad Madero en su etapa como jugador, el actual entrenador de los felinos albinos, Juan Manuel Solano, se dijo orgulloso y agradecido por la oportunidad que las autoridades le brindaron de volver a su alma mater ahora como estratega del equipo varonil de baloncesto.
"Gracias a nuestras autoridades, tenemos un gimnasio de primer nivel, buenas instalaciones para entrenar y ese respaldo que siempre es importante. Afortunadamente tuve la oportunidad de regresar a mi alma mater y estoy muy orgulloso de formar parte de Tigres Blancos".
Fue del 2001 al 2005 cuando Juan Manuel luchó palmo a palmo con los bengalíes sobre las duelas, al tiempo que cumplió con su instrucción en la Facultad de Administración de Empresas, siendo parte fundamental del proyecto que ayudó a posicionar y a consolidar el nombre de la UMAD dentro de la División Uno de la Liga de la Asociación de Baloncesto Estudiantil (ABE).
"Llegué en 2001 a UMAD y en esa época me consideraba un jugador fuerte y que se adaptaba a lo que requería el entrenador. Me tocó jugar contra muchos jóvenes que tuvieron un paso por el basquetbol profesional y nosotros como equipo de alguna forma estábamos en crecimiento".
Hoy, a la distancia, Solano Cabrera recuerda que todo era completamente distinto a lo que en la actualidad disfrutan los estudiantes en la institución, situación que deja de manifiesto que el trabajo y respaldo de las autoridades ha sido continuo, de ahí que los resultados en lo deportivo avalan lo hecho por los de pantalón largo.
"Recuerdo que la cancha y los lugares de entrenamiento, así como el gimnasio eran muy diferentes, pero el apoyo del entrenador y los directivos y su pasión por este deporte permitió que la organización avanzara hasta lo que es hoy".
Ahora, con un nuevo reto y compromiso por delante, Juan Manuel Solano aguarda paciente el momento de volver a la duela de manera presencial, pues sabe que en puerta tendrá como primer objetivo el luchar y meterse a la pugna por la corona del circuito, con la seguridad de que su proyecto lo habrá de respaldar.
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