A partir del primero de marzo el museógrafo, Sergio Garza, fue nombrado curador del Museo Arocena. Durante una década fue asistente de la curadora Adriana Gallegos de quien dijo, dejó un gran trabajo que se ha visto en todo momento respaldado por un gran equipo que permite que los públicos reconozcan otros tiempos, otras realidades, mostrando ventanas hacia otros espacios geográficos, otros pensamientos, o hacia la interioridad de los artistas.
En entrevista concedida a MILENIO, Garza refirió que en agosto se cumplen ya dieciséis años de que el Museo Arocena abrió sus puertas al público y se han visto fases diferentes en el proceso de mantenerse, madurar y consolidarse como uno de los mejores museos del norte de México.
“Hemos transitado por muchos esquemas distintos a nivel de exposiciones como en el museo en general. El Museo Arocena también ha crecido mucho y nos ha tocado ver el crecimiento tanto en el número de proyectos expositivos, si recuerdas en el 2010 inauguramos la Casa Histórica Arocena, yo ya estaba aquí para cuando eso pasó y en 2012 inauguramos el Anexo Edificio Russek, que es otra área para exhibiciones temporales”.
Sergio Garza precisó que estas ampliaciones permitieron expandir la capacidad del recinto museístico, lo que les permitió enfrentarse a nuevos retos y formas de encontrarse con el público.
“Generalmente partimos de la interpretación, de la comunicación de nuestra propia colección, que es el núcleo central del museo. Es una colección de arte, objetos decorativos, de pintura que va de los siglos XV al XIX sobre todo y es lo que articula el discurso central. Las exposiciones temporales vienen a complementar tanto las piezas que quizá nos faltan en la colección permanente, sobre todo de los siglos XX y XXI”.
¿Qué hace un curador?
El área de curaduría trabaja en la construcción de las lecturas de las piezas de arte y la propuesta histórica para que tengan una interconexión con los públicos que ha crecido hasta alcanzar 1 millón 100 mil visitantes, cifra extraordinaria si se considera que durante la pandemia se han respetado las medidas sanitarias y en la primera y segunda fase se limitó el aforo.
“El núcleo es la Colección Arocena pero cualquier colección está dedicada a un periodo o tiempo particular, a un cierto grupo de artistas. Lo que nos permiten las exposiciones temporales es ampliar el discurso y dejar que más gente venga al museo. Por ejemplo con la muestra de Katharsis fue fantástico porque mucha gente vino y que no había visitado el museo. Con estas muestras conocen la exposición y el resto del museo”.
En cuanto al sello que desea imprimirle al área de la curaduría, Sergio Garza refirió que saben que él público es el eje de todos sus trabajos por lo cual se planifican exposiciones y proyectos que los vinculen a través de la identificación, viendo qué es lo que el arte tiene que decirle a los habitantes de La Laguna y los foráneos.
“Vamos a intentar enfocarnos y enfatizar el aspecto social: el arte debe servir. Sirve para muchas cosas dependiendo de quién nos visita, pero bajo una visión personal creo que el arte puede servir como de consuelo para muchos, el sentirte reconfortado y disfrutar, de gozar con el objeto y la experiencia estética, con la manera que vienes al museo y puedes viajar hacia la visión de un artista”, finalizó Sergio Garza.
aarp