El escritor Andrés Neuman (Argentina, 1977) decidió “rescatar” la vida y obra de la filóloga María Moliner (1900-1981) en la novela Hasta que empieza a brillar, publicada por Alfaguara.
En entrevista con MILENIO, el autor revela los detalles sobre la bibliotecaria y lexicógrafa española, autora del Diccionario de uso del español, de quien dice que es “la abuela secreta de cualquiera que ame la lengua castellana”.
¿Por qué María Moliner?
Estudié filología, siempre me apasionó la lingüística y, por supuesto, doña María Moliner fue de mis primeros y más fulgurantes amores lingüísticos de la época de la facultad. Siempre me resultó interesante el fenómeno de que, por un lado, en las aulas y en los programas de estudios no se le prestara demasiada atención a Moliner y, sin embargo, por afuera de las aulas, en las conversaciones de quienes escribíamos y amábamos las palabras, venerábamos el Diccionario de uso del español; ahí se fue formando una enorme curiosidad por ella.
¿Se conocía poco de su vida?
Yo sabía tan poco más allá de su diccionario, y comencé a darme cuenta de que a la mayoría de la gente le ocurría lo mismo. Así que me puse a estudiarla y me enamoré inmediatamente de su biografía llena de adversidades, peripecias, de luces y sombras, de pérdidas, de luchas, y me obsesioné con la idea de contar su vida para poder compartirla y que, en el imaginario colectivo, María Moliner fuese algo más que la autora de un diccionario genial.
¿Qué encuentras en el Diccionario de uso del español?
Empecé a leerlo de corrido, buscando palabras importantes para la vida de cualquier persona, como la A de amor, de autoridad, la C de cuidar, etcétera, y comencé a bucear en el diccionario de un modo un poco más narrativo y más literario, y me llevé la sorpresa de descubrir que el diccionario de María Moliner, aparte de una obra de arte lexicográfica, es un libro secretamente autobiográfico; doña María nos cuenta su vida a través de las definiciones personales que hace de las palabras y de los cientos de miles de ejemplos de uso que ella inventó y ahí se me armó la idea de la novela para contar toda la vida de María Moliner, desde niña hasta su vejez. Desemboca en el proyecto absolutamente sensacional de su diccionario y, como releyendo más literariamente, más emocionalmente su diccionario, podemos descubrir todo eso que no sabíamos sobre María Moliner.
¿Consideras que de alguna manera rescatas la figura de María Moliner?
Ella ha pasado a la posteridad, pero solo como la autora de un diccionario, y además creo que no se ha leído en toda su dimensión. La idea era, más que rescatarla del olvido, porque no está olvidada; era como iluminar el resto de su vida que se conoce poco y reivindicar su legado íntegro que incluye, aparte de su genial diccionario, una trayectoria docente muy notable que empezó desde niña, porque su padre la abandonó y tuvo que ponerse a dar clases particulares, pero también fue la primera profesora en la historia de la Universidad de Murcia, fundó una escuela en Valencia y muchas cosas más, así que tiene todo un legado docente muy precioso.

¿Y su trabajo con las bibliotecas?
María Moliner, y esto lo sabe relativamente poca gente, fue una de las grandes bibliotecarias del siglo XX que cumplió todos los papeles que se pueden cumplir con respecto al libro y ella fue la primera mujer en dirigir la biblioteca de la Universidad de Valencia en los años treinta, hace ya 100 años, cuando las mujeres no solían ocupar semejantes cargos. También fundó con las Misiones Pedagógicas de la República casi 200 bibliotecas rurales y, por si esto fuera poco, se convirtió, y esto se narra en la novela, en inspectora de bibliotecas rurales; ella iba a conocer y a cuidar las bibliotecas que ella misma había fundado. Fue teórica de la acción bibliotecaria y publicó dos textos fundamentales sobre las bibliotecas y todo esto lo hizo antes de ponerse a escribir el diccionario.
¿María Moliner es un caso único?
Es probablemente la lexicógrafa más importante de todos los tiempos, porque, que yo sepa, no existe un caso similar en ninguna época, en ningún lugar del mundo, en ninguna lengua: una mujer que haya escrito sola un diccionario tan brillante y tan influyente para su lengua. Hay todo un legado de María Moliner más allá de su diccionario que creo no ha sido lo suficientemente valorado en su dimensión para la historia de la humanidad, y es que es como una obra de arte, porque no es solamente una obra lexicográfica, es un libro lleno de experiencia de vida y de consejos.
¿En qué momento decides novelar la biografía?
Es una novela inspirada en la vida de María Moliner, tiene un trabajo de documentación muy intenso; yo pienso que los novelistas investigamos para ganarnos el derecho a inventar y más en el caso de una figura a la que admiro y respeto tanto. Me sumergí lo suficiente en su legado para hacerle honor a esa figura y era una tarea que me intimidaba mucho al mismo tiempo. Mis intenciones al elegir la novela eran varias. Por un lado, tratar de contribuir, aunque fuera en pequeña medida, a enriquecer el recuerdo colectivo de María Moliner, es decir, ampliar la imagen que se tiene en el imaginario compartido, y la ficción es, por supuesto, una herramienta muy rica para intervenir en la memoria colectiva, más que los artículos académicos o las biografías convencionales. Pero también me interesaba narrar su vida. No desde un punto de vista neutral o académico, sino contar la historia de amor que María Moliner tuvo con las palabras. Es una novela que cuenta toda su vida, desde su infancia hasta su vejez. pero muy centrada en su amor por las palabras, los libros y la lectura.
Dato
Presentación: 'Hasta que empieza a brillar' de Andrés Neuman, en El Péndulo Roma, Álvaro Obregón 86, a las 18:30 horas.
A los cincuenta años y en plena dictadura franquista, María Moliner se dio a la tarea de escribir el Diccionario de uso del español; le llevó 16 años de trabajo. Es un volumen de 80 mil palabras que Gabriel García Márquez calificó como el más completo, útil y divertido de la lengua castellana.
Dices que fue una aventura quijotesca escribir el diccionario. ¿Por qué?
Su diccionario es una de las aventuras más quijotescas de la historia de la cultura en nuestra lengua. Pero además, la figura de María Moliner de algún modo reúne mágicamente tanto a don Quijote como a Sancho Panza. Porque María Moliner tuvo toda su vida una cierta pulsión idealista: fundó escuelas, bibliotecas, escribió un diccionario y tuvo una ambición de deshacer entuertos, por decirlo cervantinamente y en el sentido común y cotidiano de Sancho Panza. Además, se da la coincidencia poética de que realmente se escribió ese diccionario en un apartamento en la calle Don Quijote.
¿Qué te deja toda esta aventura?
Mucha alegría y voy a elegir tres vocablos del diccionario para definir mi relación con doña María Moliner y con las palabras en general: Admiración, amor y asombro que traté de transmitir en Hasta que empieza a brillar.

hc