Ciudad de México /
4 (V)
Vivamos, Lesbia mía, y amemos,
y el rumor de los viejos más severos
estimémoslo todo de un centavo.
Morir y retornar los soles pueden;
cuando murió la breve luz, nosotros
dormir debemos la perpetua noche.
Dame tú besos mil; después un ciento;
luego, otros mil; luego un segundo ciento;
después, hasta otros mil; después un ciento.
Luego, cuando hecho hayamos muchos miles,
los turbaremos, porque no sepamos
o no pueda embrujarnos algún malo,
cuando sepa qué tanto hubo de besos.
Traducción del latín de Rubén Bonifaz Nuño, en el libro 'El amor y la cólera', y 'Poemas a Lesbia', en edición de la UACM / UANL de reciente aparición.
AQ