Inmerso en la polémica desde que fue anunciada su construcción hace casi 20 años, durante el sexenio del ex gobernador Fernando Canales Clariond, el puente Atirantado, con poco más de 15 años de edad, enfrenta hoy el olvido, pero no por su bajo aforo vehicular, sino por falta de mantenimiento.
El desplome de un puente en Génova, Italia, en servicio desde 1967, aparentemente por el daño a los pilotes de concreto inmersos en un río y la corrosión de los tirantes de acero por efecto de la humedad, prendió las alarmas en las ciudades del mundo donde existen este tipo de puentes.
En Nuevo León, el llamado Viaducto de la Unidad, que conecta a San Pedro Garza García con Monterrey, con tres lustros encima, no ha recibido ningún tipo de mantenimiento, ni siquiera una inspección técnica para verificar las condiciones de los tirantes en cuanto a oxidación y fatiga del metal y de los cables tensores.
La responsabilidad de su mantenimiento recae en el municipio de San Pedro, en donde se encuentra asentado, ya que la obra fue entregada por el Gobierno del Estado a las autoridades sampetrinas para integrarlo en su infraestructura urbana como parte de sus vialidades.
Pero a diferencia de la atención que reciben los baches, con sello y carpeta nueva, la estructura metálica del puente Atirantado no ha recibido ninguna atención desde que fue inaugurado oficialmente.
El concepto del puente Atirantado fue diseñado por el arquitecto Daniel Tassin, presidente de International Bridge Technologies (IBT) por idea y encargo de su colega Óscar Bulnes, quien fungía entonces como secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Gobierno de Nuevo León, quien recibió duras críticas, por el costo del proyecto y el parecido con los diseños del arquitecto Santiago Calatrava, en Sevilla y Buenos Aires.
La oposición argumentaba tanto el costo de la obra, como lo ocioso de un Atirantado en una distancia tan corta, sobre un río seco y con la posibilidad de abaratarlo si se construía mediante el método de ingeniería tradicional, de pilotes o columnas de soporte a lo largo de todo el viaducto.
Si bien fue el único puente que no sufrió daño alguno durante los embates de las corrientes del río Santa Catarina en el 2010, durante el paso del huracán Alex, ocho años después no se ha visto que reciba mantenimiento alguno.
IBT, con sede en San Diego, California, con oficinas también en Cuernavaca, Morelos, así como en Francia y Canadá, ofrece los servicios de inspección y mantenimiento de este tipo de estructuras, de las cuales ha construido 16 en el mundo, dos de ellas en México: una en Nuevo León y otra en Puebla.
El fabricante y proveedor de los tirantes es una empresa francesa, y si bien funcionarios del municipio de San Pedro pidieron recientemente asesoría a los constructores locales sobre quiénes podrían brindar el mantenimiento, hasta la fecha no se ha concretado ninguna intervención para remozarlo.
Y el mantenimiento del puente Atirantado... ¿para cuándo?
La obra tiene más de 15 años sin que se revisen las instalaciones.
Monterrey /