Una mujer que corría ofreciendo jarritos con agua a los soldados caídos, fueran mexicanos o estadunidenses, se ganó el respeto de los combatientes pero hasta hoy solo se le conoce como La dama de Monterrey.
El reporte del subteniente Edmund Bradford reporta haber avistado a una mujer que auxilió a los combatientes heridos entre los fortines ubicados en los que hoy conocemos Loma Larga, donde finalmente fallecería.
Pablo Ramos Benítez, miembro de la agrupación Amigos de la Batalla de Monterrey, reveló que el documento cambia la historia de la enigmática mujer, de quien se pensaba se involucró en el combate acontecido en la zona de Las Tenerías, hoy Paseo Santa Lucía.
Gracias al reporte hecho por el soldado Bradford ahora se sabe que La dama de Monterrey fue vista entre los fortines de La Federación y El Soldado, la zona en donde se ubica el monumento a Diana Cazadora.
“Todos nos habíamos ido con la idea de que ella habría estado en Tenerías pero gracias al subteniente Edmund Bradford señala que al subir al cerro de La Federación avista a la muchacha fallecida”, apunta Pablo Ramos Benítez.
La identidad de la mujer aún no ha podido ser revelada, pues los pocos reportes que existen solo la refieren como La dama de Monterrey.
Incluso, los corresponsales de guerra que acompañaban a los norteamericanos reportaron la participación de diversas mujeres: María de Jesús Dosamantes, Josefa Zozaya y a la enigmática “dama”, a quien se le conoce como la primera enfermera de guerra.
“Esta muchacha pudo ser cualquier vecina de la zona Loma Larga, no sabemos quién pudo ser. Ella seguramente, al ver la gran cantidad de heridos, salió de su casa a auxiliarles pero su acto quedó marcado”, opina el investigador.
La información se dio a conocer como parte del Coloquio por el 172 aniversario de la Batalla de Monterrey de 1846, realizado en el Museo Regional El Obispado.
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